Dia 1

93 10 3
                                    

29 de Septiembre, 2011

No lo sé, de verdad que no me di cuenta el momento en el que llegue aquí, no entiendo aún como de haber estado sumergida en agua fría viendo la luna como un pequeño foco de luz amarillento trasminándose a través de las ondas que naturalmente forma el agua. No existía el tiempo, no había diferencia entre luz y oscuridad, inhalación o exhalación, sueños o decepciones, ni siquiera había la necesidad de parpadear, solo había vacío.

Habían pasado ya seis años desde la última vez en que de mi pecho emergía aire, de mis ojos agua y de mi cabeza una combinación de pensamientos hechos vibraciones que de mínimo, me hacían sentir con vida y brotaban hechos humo a través de palabras ¿Qué había ocurrido? ¿En qué momento había permitido que los rayos solares atravesaran mis puntos débiles? ¿Cuándo el frio se coló por mis huesos, llevándose cualquier mota de sueños que quedara dentro de mi cuerpo?

Vivía secuestrada, teniendo mi mente de verdugo condenándome día a día a una muerte fatal, amenazando con dejar sin nada a un alma que alguna vez lo tuvo todo. Un día por fin logró su cometido, el jade que inunda mis pupilas no era ni por poco mejor, ni más bonito que el maquillaje sobre puesto en mis pestañas que siempre ponía a la fuerza por exigencias de una sociedad que fabrica corazones plásticos en cuerpos reales, en cuerpos que un día, tienen incluso olor a hule; Ya no existían buenos días, solo mañanas donde lastima el sol, no existía vocación, solo enfermos con más salud que el mismo médico, y tampoco existía Sakura, solo una mente empapelada que buscaba a gritos parafina.

Cinco años transcurrieron, que para ser francos, se sintieron como veinte, entonces apareciste tú, volviendo como cada día al hospital con algún pretexto que ameritara un minuto conmigo dentro del hospital ¿Qué es lo que realmente estaba pasando? La sangre, corría de nuevo contenta por mis venas con la leve esperanza de abarcar todo mi cuerpo antes de que fuera tarde (ya se lo que vas a decir, tu sangre jamás dejo de correr en ti o en vez de una carta, estaría leyendo por novena vez tu epitafio, pero tranquilo, soy lo sufrientemente lista para crear una excelente metáfora médica que, al menos a mí, me ha causado bastante gracia realizarla)

¿Volvería a ser yo realmente? Solamente basto una mirada detenida a los ojos grises puestos en mi para darme cuenta que la respuesta a esto estuvo frente a mi todo el tiempo, con una excusa tonta sobre su llegada tarde, con un chiste sexual de cualquier cosa que ocurriera y con un libro a tapas verdes que ha leído más veces de las que recuerdo.

Oh Kakashi Hatake, de nuevo me salvaste.

*Gracias por leer la primera carta de esta historia, se vienen muchas más. Por favor recomiendasela a algún amante del kakasaku que conozcas ¡Gracias de verdad!

Si tienen alguna idea por favor comentenlo y con gusto lo haré, Nos vemos pronto <3

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 23, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cartas PerdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora