Parte 5

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Tensión. Hasta un niño de cinco años podría notar la tensión que flotaba entre ellos.

"Tranquilo, no ha pasado nada"... Fueron las palabras de un recién bañando Harry al encontrarlo sentado sobre la cama, alternando la vista entre su torso desnudo y la camisa arrugada en el suelo.

Pero él no estaba tranquilo. Él recordaba haber tenido relaciones con Harry, podía relatar con lujo de detalle cómo fue que terminaron durmiendo abrazados. Él había querido eso. 

Entonces, no entendía qué había ocurrido durante el resto de la noche para que Harry decida fingir lo contrario. 

Su mente, aquella parte coherente de sí mismo, decía que Harry sólo estaba intentando atribuirle sus actos al alcohol que ambos bebieron recostados sobre el respaldo de la cama mientras dialogaban sobre sus vidas. Al parece, él no sentía lo mismo por Louis y sólo pretendía olvidar lo sucedido. 

El cuerpo de Louis, por el contrario, estaba guiado por una frustración que no lograba comprender. Sus labios dolían por querer sentir los de Harry sobre ellos, su piel se erizaba y parecía quemar rogando por el tacto de aquel hombre que estaba acabando con su cordura.

Se sentía enfermo, ansioso y confundido. Mientras tanto, Harry se veía tan inmune y concentrado en su trabajo que lograba sacarlo todavía más de sus casillas.

Louis se enfocó una vez más en las hojas que tenía frente a él. Eran las 7pm y su mente explotaría en cualquier momento si no daban por finalizado aquello. 

Pasaron el día revolviendo un cotillón, planearon hasta el color de los antifaces. Cuando creyó haber terminado con ello, Harry mencionó que debía organizar las mesas esa misma tarde o no podría avanzar con su trabajo. Todo ello ignorando el enorme elefante en la habitación, ese que les recordaba sus actos de la anoche anterior y todo lo que aquello implicaba. 

Gruñó ante la idea de una relajada Zoe probándose vestidos en otro continente, ajena al resto de los preparativos. Mierda, la chica ni siquiera había preguntado por qué no le cogió el teléfono.

Louis gruñó una vez más, las náuseas trepando hacia su garganta, el disgusto asentándose en su interior. Se hallaba organizando su casamiento luego de haber dormido con otra persona, un hombre, quien se encontraba delante de él fingiendo que nada había pasado entre ellos dos la noche anterior. 

Cerró los ojos y retuvo las ganas de inclinarse sobre el cesto de basura de la oficina para devolver el café que había bebido hace un par de horas. Al visualizar una vez más los papeles frente a él, notó que le quedaban cinco mesas por organizar. Pensó en pedirle a Harry terminar con eso por hoy, pero un celular sonando se lo impidió, rompiendo el silencio entre ellos.

-         Hola... ¿Qué? –Un alterado Harry miró su reloj-. Zayn, lo siento, lo he olvidado.

Rodó los ojos. De pronto se hallaba fastidiado por un nuevo motivo. 

-         No he terminado aquí -murmuró Harry. 

Louis bufó, quería pararse y huir en aquel momento. De ninguna manera sería un estorbo entre él y su perfecto amigo. Hizo gestos con su mano, tratando de llamar la atención de Harry, quien al instante levantó la vista hacia él.

-         Bien, le diré –Harry alejó el móvil de su rostro y lo cubrió con sus dedos, impidiendo que Zayn pudiera escucharlos-. ¿Te faltan muchas mesas?

-         No, de hecho, iba a decirte que las terminaré en casa y te las alcanzaré mañana. 

Dicho eso, se levantó de su sitio. Nuevas oleadas de arrepentimiento no tardaron en invadirlo. 

Wedding Planner | L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora