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Es sábado en la mañana y el local ya se encuentra abierto. Afuera el clima es lluvioso, en el cielo hay unas densas nubes grises que indican que no será pronto que la lluvia cese.

No hay clientes y Minseok se entretiene detrás de la barra jugando candy crush (lleva dos meses en el mismo nivel).

De vez en cuando voltea a la puerta por pura inercia, pero al igual que el local, la calle de enfrente se encuentra completamente vacía y suspira sin un motivo en particular, el día tan gris lo pone melancólico. A Min no le gustan los días tristes, prefiere el sol y el viento y además, estar confinado a su aburrido trabajo tampoco ayuda a mejorar su estado de ánimo, por mucho que ame estar rodeado del aroma del café.

Después de que sus 5 vidas se acaban por segunda vez en lo que va del día y que nadie hace el favor de enviarle más levanta la vista y se encuentra con un chico vagamente familiar, indeciso de si entrar a la cafetería o no. Pone los ojos en blanco y mustia un a penas audible —ridículo— para sí mismo.

Unos cinco minutos después dicho indeciso entra por fin haciendo sonar la fastidiosa campanilla y Minseok resopla porque - de nuevo- le ha interrumpido de comer una rebanada de pastel que sobró del día anterior (el pan fresco no se toca).

Pero no va solo - de nuevo- junto a él entra otro chico bajito que rápidamente identifica y no puede evitar sonreír como imbécil, pero es que la brillante sonrisa de aquel desconocido parece haber iluminado aquel día tan sombrío.
—¿Minseok-ah?— dice el desconocido número uno—. Sungkyu-ssi ¿Dónde está?
La falta de educación de aquel chico deja un poco sorprendido a Min, sin embargo en su papel de empleado no puede quejarse, es una consecuencia de llevar su nombre en el pecho, aunque el otro no tiene el derecho de llamarlo por su nombre porque sí.

—Woohyun-ah ¿podrías ser un poquito más educado por favor?— interviene el desconocido número dos, el de la sonrisa bonita. Y Minseok inmediatamente conecta los cables. Woohyun. WooHyun, a quién no tenía que coquetearle por petición de alguien.

—oh no, SungKyu-hyung pidió hoy el día libre, dijo que tenía una cita con alguien— sonríe encantadoramente, sin indicios para dudar de su palabra. Y puede ver como la quijada de Woohyun se desencaja.

—¿Qué? ¿Sabes con quién salió?
—Un tal Jinki, creo... — alza los hombros y vuelve a sonreír con inocencia.
La cara de confusión de WooHyun no tiene precio-. Pero Bomi... Dijo que... — Balbucea, y el extraño número dos palmea su espalda —. Ya, WooHyun-ah, te dije que vinieras antes— rueda los ojos y camina hacia la entrada decepcionado a Minseok de paso, esperaba que se quedaran a beber algo.

—¡Ya! Dongwoo ven aquí, necesito un chocolate caliente para el corazón roto.

Oh, Dongwoo.

Min comienza a preparar la bebida sin que nadie haya hecho la orden como tal —. La casa invita— dice ofreciéndole una humeante taza a Woohyun que tiene los ojos llorosos, como forma de disculparse sin palabras, porque la verdad, es que SungKyu ni siquiera trabaja los fines de semana.

🍰🍰🍰

Hey! Hola a todo el mundo :)
Últimamente me he sentido tan fatigada mental, emocional y físicamente que no tenía ganas de escribir, nada. 😧 pero ahorita me llegó la inspiración y pues escribí antes de que fuera demasiado tarde Lol. Me siento mal por mis otras historias, para ellas ya no tengo imaginación xD, en fin. Gracias por leer, de verdad que estoy sorprendida, no creí que en serio pudiera gustarle a tanta gente ❤ cada votito y comentario me hacen muy feliz :3
Aprovecho para hacerme comercial: los invito a leer: Beautiful stranger es una traducción de un Yadong lleno de Fluff 💜 está en mi perfil 😙

P. D: díganme por favor que no soy el único ser humano que se queda atrapado más de dos meses en un nivel de candy crush 😂😂

Coffee Shop «WooGyu» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora