Capítulo 3.

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(Harry's POV)

-¿Que ha pasado qué?

-No grites, Joe.

-Espera, voy a un sitio con más cobertura. A ver si ahora te oigo mejor.

-Me he mudado a Londres por un tiempo. He alquilado un piso.

-Me alegro, pero, ¿me llamas para eso?

-No, no, es que... he tenido... un sueño húmedo con mi casero.

-Harry, no me puedo reír más en este momento. ¿Me hablas en serio?

-Que sí, Joe. Te conozco desde hace años, eres un gran amigo y un gran apoyo para mí. ¿Qué iba a ganar mintiéndote?

-Está bien. ¿Qué piensas hacer?

-De momento, ir a clase. Ah, una cosa más. Esta mañana, al despertar, llevaba puestos unos bóxers rojos, y que yo recuerde, no tengo ningunos.

-Entonces fuiste el triunfador de la noche -sentí su risa al otro lado del móvil.

-Muy gracioso, ahora estarás poniendo tu cara de pervertido. En fin, te dejo, tengo que prepararme.

-Hasta luego.

Miré el reloj y vi que me quedaban cinco minutos para salir de mi casa, asi que abrí corriendo la maleta y me vestí con lo primero que encontré.

Abrí la nevera para desayunar algo, pero entonces recordé que me acababa de mudar, y no había comprado nada para llenarla. Volví a mirar el reloj. Iba a llegar tarde si no me apresuraba, asi que cogí la mochila y salí corriendo del piso.

Llegué a la universidad, y encontré mi clase, casi todos los alumnos habían entrado ya, y me uní a ellos. El profesor estaba presentando su asignatura, y cómo iban a ser los exámenes. La verdad es que me estaba aburriendo, así que me puse a jugar con los bolígrafos que había traído. Por lo visto, no era el único, había un chico rubio a mi lado haciendo lo mismo. Me miró y soltó una risa en voz baja, yo lo imité.

Horas después, estaba en un supermercado hablando con mi nuevo compañero de clase, Niall. Un chico tan simpático como su acento.

-Tenemos que repetir lo de anoche -esa voz me sonaba familiar. En efecto, Liam, mi casero, había interrumpido mi compra, y al parecer, mi circulación sanguínea- ¿No vas a saludarme?

-Eh... esto... sí, ho...hola Liam....respecto a lo de anoche...

-Tienes que controlarte más al beber, amigo, por pocas no estás hoy aquí -soltó una carcajada, a la vez que yo me ponía más y más rojo- Veo que ya has entablado amistad,  ¿con?

-Niall, un placer conocerte.

-Liam, el casero de Harry. Ayer le enseñé el piso, y bueno, nos desmadramos un poco -yo no dejaba ni un segundo de pensar en el sueño que tuve- Espero que te encuentres mejor.

-Sí, sí, no te preocupes, estoy bien.

-Me alegro. Tengo algo de prisa, chicos. Nos vemos pronto.

-Adiós, Liam.

Niall se me quedó mirando fijamente y esbozó una sonrisa malvada.

-Me tienes que contar muuuuchas cosas.

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