El amante de Sanji Vinsmoke [Segunda Edición]

SANJI VINSMOKE

El amante de Sanji Vinsmoke

Primera parte
Tentación

Capítulo 1

“Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido”.

MARIO BENEDETTI

1

Su cuerpo se estremeció. La presencia de su acompañante ya no estaba, sólo su calidez se conservaba en aquellas sábanas de seda; al igual que el aroma que desprendía cada mañana. Se trataba de un aroma enigmático, imponente y atrayente; tanto que sentía, de alguna forma, que lo envolvía con plenitud.

De pronto, su mirada se perdió en un punto fijo de la habitación. Los ventanales estaban abiertos de par en par dejando entrar cada uno de los rayos matinales de la temporada. Poco después escucho el sonido que provocaba el agua de la regadera, demostrando que él todavía se encontraba ahí.

Tal era el caso que cuando el viento descorrió las cortinas sus ojos se dilataron estrepitosamente al recibir de lleno el contraste de luz; cegándolo por unos cuantos segundos. Por lo que el olor de los jazmines inundo la habitación acompañado con unos cuantos pétalos que, de inmediato, se posaron en sus cabellos. Posteriormente, el chico soltó un gran suspiro provocando que su pecho bajara y subiera lentamente.

En cuanto oyó el pequeño ruido del picaporte de la puerta, el muchacho se levantó cubriendo su cuerpo con una manta. Al colocar los pies sobre el suelo, su rostro se enalteció para mirarlo.

Entonces, él estaba allí, enfrente; contemplándolo. Su sonrisa, aquella que le dedico solamente, representaba toda la inocencia y el amor que poseía. De tal forma en que el joven pelirrubio se la devolvió y, rodeando el cuello de su amado con sus brazos; lo beso.

Al instante de separar su rostro de su pareja, un profundo sonrojo inundo las mejillas de Sanji Vinsmoke.

—Esta mañana todavía no logran hacerte competencia.

—No me digas, sólo esta mañana.

—Siempre.

Las caricias que lo envolvían hacían que su respiración y el latido de su corazón se acelerase. Después, Sanji deshizo el agarre; dejándole un beso en su mejilla. Luego se alejó para comenzar con su día.

Por esto, mientras salía de la habitación; recordó que nunca había imaginado que él, un hombre que se proclamaba amante de las mujeres terminaría atado a otro hombre. Fue así como en un abrir y cerrar de ojos lo había conquistado. Le fue fascinante la apariencia que vio por primera vez que llego a su restaurante, y su aspecto frío e interesante que lo mantuvo a raya todas las semanas que él frecuentaba.

Entonces, supo darse cuenta de la adicción que procreaba su presencia. De ahí le fue imposible sacarse de la cabeza el color oscuro de su cabello, su piel pálida y aquellos ojos dorados que lo perseguían dondequiera que fuese. Pasado un largo tiempo, Dracule Mihawk termino por convertirse en su esposo.

Cuando hubo llegado a la siguiente habitación, Sanji se arregló como de costumbre. Eligió un traje oscuro y una camisa color esmeralda que resaltaba el color de sus ojos. Una vez que estuvo listo comenzó a bajar por las escaleras. Igualmente, repaso muchas veces el cómo lo había conocido.

Aproximadamente hace dos años, contando con apenas diecinueve; trabajaba como aprendiz de chef en el restaurante de su abuelo Zeff; un hombre serio, pero con una habilidad sorprendente en la cocina. El primer momento de su encuentro aún lo recordaba. Se trato de un momento inolvidable para el adolescente que, era preciso decir que estaba en su interior la estación de otoño repleta de precipitaciones que inundaban las calles y callejones. Y, en esta ocasión, el chico podría afirmar el tono del anuncio que vio al asomarse por la ventanilla del metro. Por lo cual, tampoco descartó la posibilidad de recibir un castigo de su abuelo, al igual que se maldijo internamente por quedarse bastante tiempo en el departamento de Luffy: su mejor amigo.