Capítulo 3

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Un día de gatos.

La chica albina estaba de cabeza amarrada en el techo con una soga en una habitación que reconocía a la perfección.

¿El problema? Sus "jefas" la tenían así.

— ¿Qué entiendes por "ayudar", ____? —Dijo una pelirosada delante de ella cruzada de brazos.

— ¡Es lo que intento hacer! ¡No han pasado ni 24 horas y ya me están criticando! —La de orejitas de gato estaba furiosa, después de todo, siempre le hacían lo mismo.

—Dijiste que en menos de dos días le tendrías listo el deseo a aquel chico, ____. Hasta ahora ni siquiera le has dicho que eres una chica la cual cumple deseos —Dijo la otra chica de lentes con un café en la mano.

— ¡No pensé que fuera un caso tan complicado! ¡Debieron haber visto! ¡Su padre es muy estricto!

— Si es mucho para ti mandaremos a otros que están dispuestos —Dijo la chicle.

—No has conseguido ni que se hablen el padre y el hijo -Dijo acomodando sus lentes —Pensé que te gustaban los retos —Dijo provocándole un tic a la peliblanca.

—Me gustan, por eso lo elegí, ustedes saben de mi pasado, no sé absolutamente nada de las relaciones familiares, es tentador —Dijo con una voz sería lo que asustó a ambas chicas—. Ahora, ustedes dos, dejen a las personas que si tienen talento hacer su trabajo.

— Ten respeto ____, no somos cualquier "chicas", somos las que te mantienen "viva" —Dijo haciendo comillas con sus manos.

— Da igual, de cualquier manera son ambas desagradables —Logró cortar la soga con sus garras y se puso enfrente de ellas amenazadoramente—, que se creen mucho mejor que al resto y en todos estos años con ustedes jamás en mi vida las vi cumplir una misión exitosamente —Dicho esto desapareció para despertar en la cama del Agreste.

Al visualizar mejor el panorama se dio cuenta que el chico de cabellos rubios estaba sentado en el suelo con los brazos rodeando su cabeza apoyada en la cama.

Con mucho esfuerzo consiguió sentarse en la cama.

— Miau —Dijo tratando de llamar la atención del chico.

Pero el levanto la cabeza asombrado y ella pudo darse cuenta que estaba llorando. El chico tomó desprevenida a la chica cuando le dio un buen abrazo de "bienvenida al mundo".

— Pensé que habías muerto —Dijo entre lágrimas —Al llegar te vi botada en el piso y no te movías ni contestabas, me asustaste.

La verdad es que ella si murió por un tiempo, por el tiempo que estuvo ella en su "mundo". Ya que si aceptaba no volver se les haría el trabajo más fácil inventar una muerte.

—Te traeré comida, quédate aquí —Adrien se levanto rápidamente y se fue.

—Así que te llamaron las jefas —Plagg se carcajeo.

—Parece que alguien se acuerda de alguien —Dijo la minina estirándose.

—Ya se me hacías conocida, no lo recordaba muy bien— Dijo Plagg —¿Cuándo le dirás que puedes hablar, transformarte y todas esas cosas que sabes hacer? —Cuando se voltio a ver a la felina no estaba — ¿____? —Hecho un vistazo por toda la habitación y la encontró en su forma humana viendo la maleta del Agreste.

—Tiene que haber algo por aquí que me diga algo de el —Dijo desesperada la albina.

—Yo te pued —Fue interrumpido.

—No —Dijo seca y directa —, no necesito ayuda de nadie, pero aun así, gracias.

—Como quieras —Se le quedo mirando a ____ para ver su transformación a gato —¿Te quedaras como humana? —La albina pego un salto —Sigues igual de distraída.

[Adrien/Chat Noir y tu] Deseo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora