Liam había estado fuera toda la noche.
Tenía conocimiento sobre la fiesta que se da después de la premiación, pero en la manera en la que se dirigió a mi trabajo y esfuerzo, dolió. Mucho. Y era como si tuviera un petardo en el culo.—Shitlife... ja.
Mascullé con asco, pero aunque me destrozara en miles de cachitos... yo lo amaba.
O algo así. Nunca pude ver bien, me cegaba. La obsesión me llegaba hasta los huesos y me quemaba, no me dejaba caminar ni me dejaba tomar decisiones sanas para mí.
Seguro era por la juventud o quizá era muy estupido...Y era lamentable que a mis 25 años dependiera de un bastardo. Pero me va a conocer.
Pronto oí cómo se reía en la entrada del departamento. Venía con alguien... una voz que yo conocía.
—...Alex.
Apagué las luces y corrí a esconderme detrás de las cortinas, a ver si logro espiar algo.
Intercambiaban miradas... borrachas, pero algo en mi pecho se incendió. Celos.
Y para cerrar con broche de oro, se besaron.Jaloneé mis cabellos y me golpeé la cara, también la arañé un poco, no paraba de brotarme estupido líquido por los ojos.
Parecía algún tipo de gusano, pero antes de que abriera la puerta, pude escabullirme hasta la habitación. Donde con todo el dolor del mundo, me eché a llorar un río.
—Rubiooooo, ¿ya llegaste?
Conocía el sonido de las botas que le regalé en su cumpleaños. Conocía cada parte de su cuerpo que se chocaba con la pared y conocía lo mucho que le costaba atravesar el pasillo que daba hasta donde dormíamos.
Persistían sus ganas de llevar una amena charla conmigo.—Lo premios al final fueron una mierda. Tú sabes...
Ahora su respiración chocaba en la puerta. Como cuando está en mi cuello, en mi espalda... me derretí.
—Ah...
Liam, cuéntame esas mentiras tan hermosas.
—Damon, ¿estás bien?
Ámame aunque sea mentira...
Esa voz tan ronca, su aliento a cerveza debe ser delicioso, cuando está entre mis piernas, es tan pesado y...
—Hmg...
Con la fricción de mi mano en mis pantalones trataba la creciente erección que yo solito me causé, recordando las veces que me ha hecho suyo...
Pero... él no es completamente mío.
—¡Damon!
—¡AAAAAAAA!
Y por calenturiento me caí de la cama.
—MALDITO PEDAZO DE MIERDA CON CEJAS, SI MI PITO SE VA PARA ADENTRO DEL GOLPE TE VOY A CORTAR LOS WEBOS A VER SI ASÍ EL MUNDO DEJA DE TENER CEJONES PUTOS.
Dejé aturdido a mi novio con mis gritos. Al parecer no entendía nada.
Recobré mi compostura, y me acosté en la cama, dándole la espalda.—Bonito... ¿qué... hic ...te pasa?
No, no te puedes dejar llevar por esas palabras bonitas e infantiles.
Mierda... rodeó mi cintura, tratando de esconderse entre mi cuello y mi hombro. A su paso también repartía besos.—No, Liam, basta.
Y me levanté, no sé cómo, pero lo hice. Tengo huevos después de todo.
—Estoy harto. Muy harto. Harto de que me denigres, harto de que insultes lo que hago...
Here we go again... llorando y con temblores en mis brazos y piernas. Como un espagueti.
—¡Y estoy harto de ser sólo tu juguete, cuando me he entregado a ti! Y duele... duele estar contigo.
Mis propias palabras dejaron a mi cuerpo cansado, así que fui a sentarme a la orilla de la cama.
—Y pensar que antes era tan grande... tanta seguridad en mí... y personas que realmente me amaban. ¿Por qué tuvo que venir mi rival a arrebatarme toda mi dignidad humana?
No dijo nada. En el cuarto únicamente podían escucharse las ventanas, que eran azotadas por el viento.
Ese bocón de Manchester se mantenía callado, pero se acercó a mí. Me abrazó. Me tuvo entre sus brazos y me enredó de nuevo a él, como todas las veces en las que le gritaba que le odiaba y el sólo me restregaba contra la pared.
Nos unimos en un torpe beso, y mi cabeza ya daba vueltas.
Mimaba mi cabello... alzando mi camiseta. Y se siguió, dejando marcas de sus dientes en mis hombros, tratándome con muchísima delicadeza, como si me fuera a romper o algo.Me perdía en sus ojos tan azules... tan imperfectos... Nunca me di cuenta cuando me tiró en la cama, y devoró mis pezones, succionando al ritmo de mis gemidos.
—Lee~... oh...
Yo me sostenía de sus largos mechones, y él bajaba todavía más. Mi vientre se llenó de él, a veces era bastante autoritario.
—Date la vuelta, bebé...
Me ordenó y yo obediente como con todo, giré mi cuerpo y le meneé el trasero. Y por fin se deshizo de mis pantalones y demás.
El dolor no me importaba, pero de todas formas, me atravesó con sus dedos para prepararme.—A-Aaaagh...
Y yo babeaba ante su atrevimiento que me volvía toda una bestia, que me excitaba y me provocaba esa cosquilla por gritar su nombre y que los vecinos se enteraran de que yo era de Liam Gallagher.
Al final me penetró con su virilidad, tan tierno que era estando ebrio, apenas y podía moverse dentro de mí.
Igual era delicioso, era tan largo... oh dios, hallaba cualquier punto posible para hacerme gimotear como una perra.
—Liam...
—Damon...
Recuerdo que fui yo quien se corrió primero, manchando las sabanas con mi jugo caliente.
Minutos después, fue su turno y me llenó por completo, todavía chorreaba cuando lo sacó, no sabía qué hacer con tanto semen desbordándose y quemando mi interior.
Porque al fin y al cabo eso es lo que siento por él.
Siento que me quema. Que me consumo estando a su lado.
Aunque logra callarme con un poco de sexo... siempre es el mismo juego.
Y yo soy el mismo idiota.
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➷ ɪ ᴅ ғ ᴄ ➹ | ᴅ ɪ ᴀ ᴍ |
RomanceA Damon le gustan las mentiras de Liam, porque son hermosas. Y aunque no le importen del todo, se las cree. Para Dania. No me odien, se ven lindos. :<