Llego a casa, me tomo un larga ducha y me meto a la cama. Me rindo ante los brazos de morfeo. Pasan las horas, pasan los vientos y yo ni me entero, hasta que alguien me tira de la cama.
Caigo al piso de un golpe, abro los ojos malhumorada, veo a la ventana pero por las persianas no se ve nada, veo el reloj y ya son las 9:00 am, veo a la cama y Pía está acostada a sus anchas.
Tomo la sabana y jalo hacia mí causando que ella vuelque sobre sí misma y luego caiga al piso. Un suave grito sale de su boca, más que de dolor de sorpresa.
Nos volvemos a acostar al mismo tiempo.
-Salí con Fernanda.-Fernanda es su compañera de piso-Encontró a un chico pasado de bueno y me pidió que no volviera al depa... -¿Qué tal estuvo? -Como siempre. -¿No te divertiste? -No, sabes que ya no.
Nos vimos directo a los ojos y al mismo tiempo nos levantamos. Nos pusimos medió decentes para salir, y fuimos a una cafetería que está cerca de mi casa, al lado de la galería de mi padre. Siempre vamos ahí por el desayuno.
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Fuimos al mostrador y pedimos tres cafés, dos porciones de waffles y dos porciones de panqueques.
-Eso es mucha comida.-Volteo a ver. -¿Y a ti que te importa?-Pelea Pía sin conocer a la dueña de tan bella voz. -Pía-Intervengo, la mato con la mirada-Discúlpate. -Está bien, tranquila. -No está bien.-Me puse a la defensiva y ella se limitó a sonreírme. -Me pierdo de algo.-Notó mi amiga-¿Se conocen?-Asentí a su pregunta-Ah, bueno, lo siento entonces... pero... y...¿de dónde se conocen? -Ella es Andrea.-Me ve confundida-Andrea-Repito-Andrea.-Digo una última vez. -La loquera.-Dice Pía teniendo un momento de epifanía. Aveces necesita oír algo tres veces para captarlo, creo que tenemos la misma obsesión por el número tres. -Enfin, aprovechen su desayuno.-Interviene por fin Andrea cogiendo su café y yéndose.
🌻Andrea🌻
Al entrar al café de siempre veo una silueta que se me hace más que familiar.
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Es esa chica, la chica que me roba el aire, que me roba los sueños, la chica que no puedo dejar de ver, la chica que acapara toda mi atención, al verla siento mi corazón latir rapidísimo, una sonrisa se asoma por mi rostro, al verla al lado de una chica mi corazón se rompe en mil pedazos, esa sonrisa fugaz se va volando, pero al oírla reír mi corazón se reconstruye, cada pedazo se une, aunque pareciere imposible.
Entre ellas hubo una conexión extraña, fue como si lo que hablasen fuera un 30% de su comunicación, y que el resto fuera pura telepatía, me asustó el hecho de que fueran novias, pero luego pensé que esa clase de conexión solo se tiene con una hermana.
Una hermana. Cogí mi café y fui a la mesa de afuera en la que mi hermana está sentada.
-¿Con quién hablabas? -Una paciente. -¿Y esa sonrisa? -El café me hace feliz.-Se me queda viendo con cara divertida-Me encanta verte-Se me queda viendo con cara decepcionada. -Ay por favor.-Hizo un gesto para que le dijera la verdad-Suelta. -Pues... es que... el día está muy lindo. Soleado, pero con viento...-invento -Estefanía-Grito al verla salir. Se despide de mi con un gesto de mano. -Te gusta. -No me gusta. -Te gusta. -Lucía, no me gusta. -Te gusta. -Bueno, tal vez un poquito.
