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JinYoung miró el examen sobre la mesa, nervioso. Se debía enfrentar al momento que menos deseaba estar, por el cual se preparó tanto. El profesor dio comienzo al examen y tomó el bolígrafo con su mano temblorosa. Respirando profundamente, empezó a leer las preguntas. Recordaba haber estudiado todo ello con su primo y se atrevió finalmente a responder la primera, pasando a la segunda y luego a la tercera con tanta facilidad que no se lo hubiese creído.

Por primera vez desde que el profesor Choi se fue le había perdido miedo a un examen.

Sonrió al comprobar que sus resultados eran correctos en los primeros ejercicios y ocupó el resto de la clase terminando el examen. Había perdido la noción del tiempo, tanto que se sobresaltó al escuchar la campana sonar. Miró a sus costados y aún quedaban algunos de sus compañeros con la hoja entre sus manos. Se levantó luego de revisar su examen y, con toda la confianza del mundo, se la entregó a su profesor.

Dos semanas después recibió la hoja junto a una muy buena calificación. Tanto su madre como JaeBum se alegraron al saber su notable mejoría y eso motivó mucho más a JinYoung a seguir con las tutorías junto a su primo. La señora Park estaba tan contenta por el notable progreso de su hijo y que este y JaeBum hayan mejorado notablemente su relación como familia.

Si supiera que al cerrarse la puerta de la habitación de JinYoung, su sobrino le enseñaba a través del sexo.

JaeBum había descubierto un método mucho más efectivo y divertido para enseñarle a su primo. Cada vez que respondía de forma correcta una pregunta, definía un concepto o realizaba bien un ejercicio lo estimulaba en distintas partes del cuerpo. Pero nada demasiado riesgoso para que su tía no descubriera la prohibida relación que ambos mantenían en secreto. No sabría qué hacer si lo alejaban de JinYoung de un segundo a otro.

A medida que las semanas pasaban el menor mostraba más su mejoría y dominio en el tema, al punto que las horas que pasaba con el pelirrojo eran más de diversión que el estudio.

El pelinegro volvió a aprobar el examen, y sumado a algunos trabajos, pasaba química con un buen promedio. La señora Park al enterarse de aquello decidió hacer una velada especial como celebración, invitando a su sobrino.

— Hola, cariño. —la mujer recibió al pelirrojo con los brazos abiertos, dándole un fuertes abrazo como bienvenida. — Pasa.

— Mi madre envió una tarta para más tarde. —dijo, señalando con los ojos el recipiente que descansaba en sus manos. — Le hubiese gustado venir pero tenía otros compromisos.

— No te preocupes, cariño. Tu madre siempre ha sido una mujer ocupada. —sonrió y cerró la puerta cuando JaeBum entró. — Y qué tierno detalle. Dile que gracias y ojalá pase por aquí, pronto.

— Yo le diré.

La señora Park tomó el recipiente para llevarlo a la cocina. El pelirrojo se dirigió al comedor como su tía le había indicado. Sonrió al ver a JinYoung colocando los servicios en la mesa, resultandole un detalle bastante tierno. Era evidente que veía a su primo menor con otros ojos.

El pelinegro terminó de acomodar todo y volteó para ir a ayudar a su madre en la cocina. Estaba tan al pendiente de arreglar todo que lo había escuchado el timbre y por eso casi se sale su corazón del susto cuando se topó con JaeBum tras suyo.

— Tranquilo, sólo soy yo. —dijo el mayor con diversión.

— Idiota, me asustaste. —JinYoung trató de calmar su respiración y soltó una risita.

— No soy tan feo, ¿o sí? —preguntó JaeBum, entretenido con la conversación. Aprovechó que su tía estaba en la cocina para acercarse un poco más a JinYoung.

Enséñame Más ; BNiorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora