Nos bajamos a la altura del puerto, había menos gente y el sol todavía seguía brillando con intensidad.
-¿ Y que te trae por aquí, Emma?- pregunto mirando hacia el mar a la vez que nos acercábamos a la arena.
- ¿Como sabes que no soy de por aquí?-cuestioné
-Thomas nos habló de ti, supongo que le llamaste la atención.-
Me miró detenidamente.
- No creo, pensé que salía con Scarlett.-
Me acordé de su mirada desafiante cuando estaba con Thomas.
-¿Celosa?- Me pregunto riendo.
Le empujé , se tambaleó un poco pero no llegó a caerse. Sus carcajadas me hicieron soltar una risa.
- Me acabas de empujar, te vas ha enterar.- Dijo levantando las comisuras de los labios maliciosamente.
Empecé a correr alejándome de él, pensé que no me alcanzaría pero un brazo me rodeó la cintura y me elevé. Jade me sujetaba de las piernas y estaba sobre su hombro. Se adentraba al agua conmigo, no paraba de chillar. El agua estaba fría y grité. Jade no paraba de reírse al igual que yo y pronto acabamos en el agua con la ropa mojada.
Abracé a Jade y le mire a los ojos. Eran de un azul tan claro que me podía ver reflejada perfectamente en ellos, sus pestañas eras negras y largas. Bajé mi mirada a sus rosados labios y se acercó.
Posó sus labios sobre los míos y me besó.
-Jade, me tengo que ir, se está haciendo tarde.- Le dije con una sonrisa.
- Bien, pues te llevo.-
El viaje me lo pasé apoyando la cabeza en la espalda de Jade.
- Aquí es.-
Dije señalando el chalet donde vivía.
- Me ha gustado pasar tiempo contigo, y por cierto Emma, llámame.-
Aceleró la moto y se fue.¿Como pensaba que le iba a llamar si no tenía su numero de teléfono? Tenía que admitir que belleza le sobraba pero intelecto le faltaba.
Abrí la puerta y me dirigí a la cocina a comer algo. Cogí unos cereales y subí las escaleras. Me puse unos pantalones de chandal y un top de deporte. Salí a la terraza y fui a por mis cigarrillos pero había algo muy raro. Siempre compraba los Black Devil, mis cigarrillos de color negro. Pero en la caja, a parte de los míos, había uno normal. Lo saqué. En el cigarrillo había un número escrito " 601 679 923".
Me equivocaba.
Jade era más original de lo que yo creía.
Encendí el cigarrillo de Jade mientras marcaba el teléfono y lo agendaba.En vez de llamarle a él, decidí pedir una pizza. Al cabo de un rato, sonó el timbre y bajé ha abrir la puerta. Zac estaba en el umbral de la puerta con una gorra roja y una caja de pizza en las manos.
- Hola Zac, ¿Esa es mi pizza?- Pregunté desconcertada.
- Si, son 9 euros, por favor.- Contesto el con una sonrisa.
-Pasa, te invito a mi pizza- Le dije mientras buscaba dinero en mis bolsillos.
Cuando lo encontré, Zac estaba mirando lo que llevaba puesto y le di el dinero a la vez que me reía.
-Entonces, ¿pasas o no?- Levante una ceja en modo de interrogación.
- No puedo, tengo que repartir más pizzas pero ya nos veremos otro día.-
Me sonrió y volvió a su moto.
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Black devil
Teen FictionEmma necesita un cambio, pero nada la cambiará a ella. Alguien descubrirá lo que esconde detrás del misterioso humo de sus cigarrillos y se atreverá a navegar en aquel profundo océano que sus ojos aguardan. "My cigarrettes are better for me than you...