Una mañana cualquiera [Ruado x Kai]

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La luz se filtraba por la ventana, indicándole que ya era hora de ir levantándose.

Despertó envuelto en unos familiares brazos, Ruado lo abrazada por la espalda, haciéndolo sentir cálido y seguro, y a pesar de que aún le avergonzaba un poco despertar así, no podía evitar acurrucarse más entre esos brazos.

Una sonrisa se deslizo por sus labios, la felicidad envolviéndolo de pies a cabeza. No era que hubiera sido infeliz viviendo en este lugar, excepto esa vez que descubrió que su destino como omega era dormir con muchos alfas, y que Ruado debería dormir con muchos omegas también, pero habían resultado siendo compañeros destinados, formando la unión de almas, así que la mayoría de sus recuerdos desde que llego a esa mansión eran felices. 

Él siempre había soñado ser el compañero de Ruado, nunca había mirado ni se había interesado por nadie más, había crecido creyendo que compartiría su vida con él, así que su situación actual lo llenaba de tanta felicidad que a veces se asustaba.

Movió su cabeza, intentando mirar a Ruado dormir, el hombre bestia siempre tenía la misma expresión, no importaba si estaba dormido o despierto, su expresión no variaba mucho, pero a lo largo de los años, Kai había ido descubriendo pequeños detalles, y estos últimos meses, con su relación ya establecida, esos detalles habían sido más obvios.

Aunque había ocasiones, que podía contar con los dedos de una mano, en que la expresión de Ruado si cambiaba; como cuando estaba enojado porque alguien había molestado a Kai, o cuando Kai cometía alguna travesura y Ruado debía regañarlo, y últimamente, cuando estaban juntos, él como se aligeraban los rasgos del mayor mientras Kai le decía lo mucho que lo amaba, o esa expresión tensa y satisfecha mientras entraba en su cuerpo.

Se sonrojo, avergonzado del giró de sus pensamientos, pero en este último tiempo no podía evitarlo, ver a Daato y Juda con sus cachorros lo hacía querer que su celo llegará pronto, quería poder darle una familia a Ruado, estaba seguro de que sus hijos serían adorables, quería ver a Ruado con un cachorro, o tantos como pudieran tener.

Sabía que no debía apresurarse, ni siquiera Ruado parecía muy preocupado así que no habían tocado el tema, sabía que Daato y Juda habían estado juntos por años antes de tener a sus bebés, y aun así se frustraba de que sus celos estuvieran tan separados en tiempo.

Debió haber hecho algún movimiento, porque los brazos se apretaron a su alrededor.

― ¿Que pasa? ― La voz de Ruado sonaba un poco ronca por el sueño, pero rozó su cabeza contra su hombro, haciendo reír, adoraba esa mezcla de la fría nariz con el cálido pelaje acariciando su cuerpo, a veces le hacían cosquillas, y otras veces lo hacían sentir escalofríos que sacaban gemidos de él.

― No es nada, buenos días ― Su mano apretó el brazo de Ruado, no era que temiera que dejara de abrazarlo, solo quería tocarlo.

― Estabas tenso, pude sentirlo ¿Hay algo que te preocupa?

Y como para demostrar que podía sentirlo, lo apretó más contra su cuerpo, Kai tragó su gemido, se habían dormido desnudos y sentir a Ruado contra él hacía que su mente se nublará. No estaba seguro de cómo se sentía de que su cuerpo reaccionará tan rápido al tacto del mayor, era vergonzoso. Daato le había dicho que estaba bien que disfrutará estar con Ruado, y que al final, era algo que su vínculo de alma creaba, pero Kai sabía que le agradaba el toque de Ruado desde antes de descubrir su vínculo, era solo que ese agrado había subido a muchos niveles.

― ¿Kai? ― La voz de Ruado lo trajo de vuelta a la realidad.

― N-no, no es nada ¿No tienes que salir hoy?

Kemonohito OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora