Epílogo.

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Planeta Albedia, en medio apogeo de una invasión... una albadiana acaba de ser violada por un emgeriano que irrumpió en el búnker donde se encontraba ella con su hermana menor y otros refugiados.
Esta joven hembra no había sido la única en recibir esta horrible "sorpresa"... pero sí la única que luego de 11 meses estaba en labor de parto.
Un pequeño híbrido fue concebido una noche llena de disparos.

Los albadianos... seres delgados, de un tono turquesa, ojos oscuros casi negros que los hacían ver en sitios oscuros, físicamente... eran enclenques, intelectualmente tenían grandes habilidades, ellos se caracterizaban por aprender rápido y pasar mucho tiempo en peceras enormes donde trabajaban en estadísticas e ingeniería sin tener ningún tipo de cansancio por su estado en suspensión. Creían fielmente en la paz y en la diplomacia  por esto apenas tenían armamento militar, también... por esto fueron un blanco fácil para los invasores.

Gladiadores del espacio... así era conocida esta raza guerrera de emgerianos. Sus cuerpos eran robustos y grises, ojos brillantes y amenazadores, ellos estaban dotados de gran fuerza, velocidad, su presencia era intimidante, sus cuerpos estaban llenos de cicatrices... se decía que mientras más viejo era el emgeriano más fuerte era, tenían curación acelerada y  contaban con una gran armería. Viajaban por el espacio devastando planetas y volviéndolos sus colonias, al acabar con los recursos de un mundo iban a otro... eran imparables e implacables.

Años, años habían pasado desde que esta cruel masacre empezó. Forzó a los albadianos a crear defensas robóticas, a que aprendieran a esconderse creando túneles por sus ciudades ó salir sólo de noche, cuando las cosas eran relativamente más seguras.
El híbrido de un comienzo fue llamado "Sytë Mebitary", debido a la linea de luz que envolvía la iris de sus obscuros ojos.
La madre de Sytë vio con ojos de amor al pequeño al instante de tenerlo en brazos, esa cara inocente que tenía le daba esperanzas de tener algo porque luchar, que no todo era malo en esta guerra; su hermana había muerto meses atrás a manos de un arma de su propia especie, un accidente mortal. El niño tenía rasgos de emgeriano... su piel era aquamarina mientras que la suya era de un color turquesa, su pequeña carita al lado de la comisura de los labios tenían dos pequeños hoyos, para nada comunes, el poco cabello que se le veía era amarillo y no blanco, como se acostumbraba... pero... aún con todo eso... era hermoso. El bebé Sytë iba creciendo como un albadiano relativamente normal... quizás no tan delgado como los otros... pero era aceptado como uno más en los sitios de resguardo.

La guerra estaba en declive, los albadianos tenían todas las de perder, su población se redujo hasta un sesenta por ciento, el ideal emgeriano era el exterminio. Un pequeño grupo de personas harían una misión suicida, robarían una nave y abandonarían el planeta... en ese grupo estaba la madre de Sytë y el niño. Todo estaba saliendo según lo planeado... pero... al atravesar la atmósfera del planeta unas naves caza de los emgerianos empezaron una persecución contra los rebeldes. Subieron la velocidad a años luz... sus perseguidores también, no sabían a donde ir, no había tiempo para planear algo, entonces... fue cuando les dieron, la nave estaba bajo ataque. Una madre desesperada por su vida y la de su hijo fue corriendo a una cápsula de escape.
Abrazó a su hijo mientras estaban adentro, la cápsula seleccionó el planeta habitado más cercano... la madre angustiada rezaba a las estrellas para que los caza no los vieran mientras escapaban. Se pudo escuchar una explosión, la nave en donde anteriormente estaban había explotado... la cápsula inició un estado de hiper sueño.

Luces rojas con sonidos de alerta invadían el pequeño espacio donde estaba Sytë con su madre, despertándolos. El niño abrazaba a su madre sin querer soltarse, ella no le dejaba de decir que todo estaba bien, que sin importar qué ella siempre sería su madre, que lo amaba, que su vida era un regalo. Ella no podía contener las lágrimas... la nave le decía que había una colisión inminente , le dijo a su hijo que se encogiera... y que no la soltara, ella empezó a cantar... cantaba y abrazaba a su pequeño, su único motivo.
La nave se estrelló en un  planeta llamado "Tierra" en un parque de una ciudad quedando entre dos arboles.

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