Prólogo.

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Hola, mi nombre es Bonnie y siempre me envuelven en un escándalo relacionado con noviazgos, la gente inventa cada cosa. Si supieran que a mí no me interesan las chicas, mis admiradoras colapsarían, probablemente entrarían en depresión. Desde que entré a la escuela, llamé la atención de muchas chicas, algunas se han llegado a pelear por mi culpa. Me siento mal cada que me mandan a traer a la dirección porque hay chicas que amenazan con acabar su vida, ahí es cuando me entero que surgió un nuevo rumor, un nuevo dolor de cabeza. Aunque creo que con este último pasaron un poco el límite.

— ¡Carajo, Bonnie! — su voz venía desde la sala de estar, seguro que ya estaba desesperado —, ¡te espero en el auto, baja en cinco o me voy!

— Ya voy — susurré para mi mismo, me miré al espejo, sonreí porque sentía que hoy iba a ser un buen día.

Bajé las escaleras tan rápido que casi me mato a la mitad de estas, me pasé una mano por el cabello teñido de morado, suspiré con pesadez. Tomé mi almuerzo de la barra, salí corriendo y me metí al auto, todo en menos de cinco minutos. Mi hermano mayor ya se encontraba dentro del auto contando los segundos, maldijo por lo bajo y me miró mal, sonreí aparentando inocencia. Mi hermano era un poco impaciente y yo, bueno, me tomo mi tiempo para hacer las cosas.

— ¿Cómo te puedes tomar dos horas para arreglarte? — puso en marcha el auto —, solo es tu primer día en la escuela, no es para tanto.

— No quiero parecerme a un "Brian" — hice una mueca de asco —, eso arruinaría mi reputación.

— Sabes que el peluquero no hizo lo que le pedí y por eso me veo así — iba con la vista en el frente —, al menos yo me veo varonil y no parezco niña como tú.

Me reí — Yo soy popular entre las chicas y los chicos por mi rostro perfecto — saqué mi teléfono del bolsillo, me había llegado un mensaje —, las chicas prefieren tipos como yo a los vagos que no conocen el agua y el jabón.

— Guarda silencio, morita, o te tumbo los dientes.

Al inicio, el ambiente dentro del auto fue un poco aburrido con tanto silencio y se comenzaba a cargar de estrés, debido al poco tráfico, un par de autos chocaron. Vinculé mi teléfono con el auto para poner algo de música, el rock era algo que compartíamos nosotros, de ahí en fuera eramos muy opuestos. Yo era amor puro y vomito de flores, mientras que él era como esos vagos de la esquina llamados nightmare, además de que ni se baña. Foxy suele ser muy sobre protector porque prácticamente solo nos tenemos el uno al otro, nuestros padres en cuanto se divorciaron se fueron a vivir a otro la, nos dejaron en la casa que compartíamos y solo envían nos depositan el dinero en la cuenta bancaria de Fox. Realmente tanto Foxy como yo decidimos quedarnos en casa porque le teníamos un gran cariño, ellos no pusieron pegas porque ya tenían otras familias formadas, evitamos ser una molestia ajena.

Foxy es adoptado, tuvo una vida muy dura antes de venir con nosotros a casa, por lo mismo es que siempre me vigila como mi propia sombra. Me crié y crecí junto a él, así que le veo como un hermano de sangre, a veces incluso olvido que somos hermanos de distintas madres. El paseo mañanero en auto fue más corto de lo que pensé, se frenó frente a la reja de la escuela y como siempre, había unas cuantas chicas esperándo a mi llegada.

Salí del auto esbozando una gran sonrisa, me despedí de Foxy agitando la mano con energía y este se fue pisando el acelerador porque se le estaba haciendo tarde para el trabajo, me giré sobre los talones. Ví a mis mejores amigas esperándome en la reja de entrada, alcé la mano para saludarles, escuché unos gritos de adolescentes y me sonrojé un poco. En cuánto dí un paso, no me fijé y choqué con alguien, sus cabellos turquesas me hicieron saber quién era de inmediato. Me volteó a ver con indiferencia, le sonreí amable, más nervioso que nada.

La Guitarra Que Nos Unió [BxB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora