prólogo

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Louis desde la ventana miraba con sarna a su vecina la cual presumía su nuevo bolso Guccci.
Rodó los ojos cuando la chica entró a su hogar e inmediatamente subió las escaleras para ir hasta la habitación de su esposo quien se encontraba leyendo un libro.

"HARRY, LA MADITA VECINA GORDA TIENE UN NUEVO BOLSO GUCCI, QUIERO UNO MEJOR"

El rizado bajo el libro y miró a su esposo con una mueca divertida. Louis era un chico de los suburbios, pero no cualquiera, él y Harry eran considerados una de las mejores parejas del pequeño condómino (por no decir la mejor.)
Y es que ambos tenían buenos gustos, Harry  era un gran abogado, empresario y esposo, cumplía cada uno de los caprichos del ojiazul.
Por otro lado, Louis era un buen amo de casa, siempre se encontraba limpia, con los mejores muebles, la mejor decoración en toda la casa y que decir de la piscina en el patio trasero, organizaba las mejores reuniones, era presidente del club de lectura que él mismo había creado y sobre todo, las mejores joyas y ropa del vecindario.

"Louis, tienes tu cuarto lleno de bolsas de diseñador, las más nuevas y costosas, ¿para que quieres otra que de seguro ya tienes y ni siquiera lo recuerdas?"

El menor subió al regazo de su esposo y apoyó sus manos el su pecho, soltó un suspiro mientras miraba a su guapo esposo.

"Tienes toda la razón, mi amor, soy mejor que todas ellas y no necesito copiar a nadie, ¿podemos ir mañana de compras?"

El rizado cerró los ojos sabiendo que seria un largo día y varias tarjetas sobrecargadas, pero qué más daba, amaba hacer feliz a Louis, amaba consentirlo y sobre todo, amaba poder darle el título de "Mejor chico de los suburbios".

El rey de los suburbios. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora