1. Encuentros (des)afortunados

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Mi día comenzó como cualquier otro: 

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Mi día comenzó como cualquier otro: 

levántate, arréglate, ve al trabajo, trata de seguir con tu día como si no estuvieras destruido por dentro... 

Sal del trabajo por la tarde para reunirte en el centro comercial con tu estúpido padre porque es el día de la semana en que tu madre lo obliga a comer contigo para checar que no te quieras suicidar, ya saben, lo normal.

Hasta aquí todo iba bien en mi aburrido día normal de mi aburrida vida normal, claro hasta que me distraje con una chamarra de cuero y animal print en una boutique camino al restaurant donde quedé con mi viejo, distracción que provocó que no viera que alguien venía revisando su teléfono celular sin ver por donde caminaba y, por ende, chocaría conmigo en tres, dos, uno...

-AUCH!-

-Perdón!-

-Fíjate por dónde caminas imbécil...- levanté la mirada y todo el aire en mis pulmones salió de un solo golpe, ahí, frente a mí estaba la razón del por qué mi vida era una película en blanco y negro, sin matices de color, sin felicidad alguna.

- Yura... - susurró. - Lo siento, no vi por dónde iba. -

- Yo...- Shock. Estoy en shock desde que oí ese sobrenombre, nadie me llama así excepto... -Yo, yo también estaba distraído Otabek... perdón... perdón por lo de imbécil.- Me disculpé.

Y de pronto, pareció como si cinco años no hubieran pasado, como si este hombre no me hubiera dejado por otra mujer, como si este alfa no me hubiera dejado por otra omega, como si mi destinado no me hubiera abandonado y aún tuviéramos ese lazo entre nosotros, ese lazo que me dice que todo estará bien mientras esté junto a él, porque juntos somos invencibles.

Pero no, la realidad es otra y tengo que enfrentarla y...

-Yura... ¿me escuchas?- La voz de mi alguna vez alfa me sacó de mi cavilación interna y lo volteé a ver. Diablos, realmente sigo trastornado por este hombre, ¿quién lo diría?

-Si, claro que sí. ¿Qué pasó?- contesté.

-Te pregunté que como has estado, no he sabido nada de ti en... no sé ¿cinco, seis años?- me dijo en tono de pregunta. ¿Realmente no sabía cuánto tiempo había pasado desde que me dejó abandonado? Yo sí sabía exactamente, mi pobre omega sabía exactamente... pero era claro que no se lo diría, algo de dignidad tenía que conservar.

- Sí, algo así. Más o menos cinco años, me parece. La verdad es que no recuerdo.- Dije, llevándome una mano a mi cabello. Ahora lo llevaba más largo, a media espalda aunque no sé si lo note. Dios, no sé si note nada nuevo en mí, sólo quiero irme...

-Oye, Yura, me encantaría que nos juntáramos algún día a tomar un café o algo, ya sabes, recordar los viejos días de la universidad. Veo que te sigue gustando el animal print, ¿eh? - Comentó señalando a la ya olvidada chamarra en la vitrina junto a nosotros. ¿Por qué debía verse tan endemoniadamente sexy con su cabello en ese undercut?

-Mira, la verdad es que estoy algo ocupado y me están esperando para comer... - comenté algo incómodo, no es que quisiera insinuar que tuviera una cita romántica pero si eso entendía... no lo iba a desmentir.

-¡Oh! Disculpa, te estoy retrasando. Lo siento tanto Yura, pero es que es tan bueno volver a verte. Te diré algo, ¿por qué no me pasas tu Facebook y por ahí podemos platicar e incluso ponernos de acuerdo para volvernos a ver? ¿Te parece?- Me dijo Otabek, con una cara tan esperanzada que podría realmente creerle que estaba contento de volverme a ver...casi.

-C...claro... sí, préstame tu teléfono y me agrego. - Acto seguido me dio su celular con la aplicación abierta, proseguí a agregarme a su lista de amigos en la red social y, pues, firmé mi destino. Dios, no sé qué estoy haciendo. - Listo, Otabek, ahora te dejo porque me esperan y voy algo retrasado. - Dije y, sin pensarlo, le di un beso en la mejilla y me volteé para retirarme hacia el lado opuesto a donde estuvimos charlando.

- ¡Yura! - Escuché y regresé la vista - En serio fue un gusto encontrarte. - Me dijo mientras rozaba su mano sobre su mejilla.

Estoy frito.

Holi, ¿alguien por ahí?

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Holi, ¿alguien por ahí?

Soy yo, la que traduce, betea, pero no escribe...

La verdad no sé qué estoy haciendo pero heme aquí, ante ustedes, ¡OH GRANDES LECTORES!, para que me avienten piedras (please, don't) y lean algo que se me ocurrió quién sabe de donde.

El chiste es que me aventé, y pues me encantaría saber si alguien le agrada, interesa, desagrada, etc, este pequeño monstruo que estoy creando así que si gustan dejar su estrellita o comentario (o ambooooos??) serán más que bienvenidos.

Por cierto, la inspiración me vino de repente al escuchar la canción del video que les adjunté al principio, V.O.S., de mis canciones favoritas de La Oreja de Van Gogh. Escúchenla para entrar en el mood conmigo!

Me voy pequeños animalitos de la creación!

~Lilo ~

La vida sigue, ¿sin ti? [Otayuri] -Omegaverse-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora