Después de que Hayden se fuera, el ambiente de la casa estaba demasiado triste. Papá no salía de su habitación ni por alcohol a la nevera, pasaba todo el tiempo dormido, creo que mi padre ya daba por muerto a mi hermano.
Estábamos en el invierno de 1940, yo estaba en la sala leyendo un libro titulado "Don Quijote de la Mancha" cuando de pronto llegar un automóvil de los militares acercarse a mi hogar, Papá también escucho y salió corriendo a donde se encontraba el auto.
Mi padre se veía muy asustado, al igual que yo, ya que probablemente era un soldado el cual nos informaría que Hayden estaba muerto.
Observé por la ventana para saber que estaba sucediendo, solo lograba ver a mi padre con lágrimas en los ojos, él abrió los brazos y recibió el abrazo de un soldado. Yo no sabía quién era, pero al ver bien su cara me di cuenta que era Hayden.
No podía creerlo, mi querido hermano había regresado vivo de la guerra, era como un milagro. Hayden entró a la casa buscándome, cuando me vio me dio un abrazo tan fuerte que me levanto del suelo, él estaba llorando, yo pensé que de alegría al verme pero en realidad era de tristeza, no lograba comprender por qué el se sentía así.Para celebrar la llegada de Hayden elaboré un pastel de bienvenida, para ser sincero sabía muy malo pero era el primer pastel que hacía. Al terminar de comer el pastel, mi hermano, decidió llevarme al "Risco de la felicidad" yo estaba emocionado así que fuimos caminando hasta llegar al risco.
-Hermano- dijo Hayden con tono de tristeza
-¿Qué pasa?
-Papá tenía razón, soy un idiota- lo dijo mientras empezó a llorar -Debí haberle hecho caso
-¿Estás bien Hayden?
-No, no estoy bien, todos mis amigos..- suspiró - todos mis amigos masacrados enfrente de mi, soy un cobarde
-No digas eso Hayden
-No merezco vivir- Lo dijo mientras sacaba una carta de su bolsillo- Adiós Harry
Agarré la carta un poco dudoso, al verla me di cuenta que estaba completamente sucia y arrugada, como si Hayden se la hubiera llegado con el a la batalla.
-Si realmente me quieres, no me detendrás- lo dijo mientras se balanceaba para atrás.
Yo estaba mudo, no podía creerlo, mi hermano se había suicidado.