Capítulo 3:

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Y aquí estoy, con mi violín en las manos, deambulando en las calles, buscando la muerte, pero sin encontrarla. Deseando hundirme en mi penosa existencia y desaparecer.

Repentinamente, recordé el rostro de mi padre, quién siempre sonreía, y nuevamente volví a sollozar, luego, empecé a perderme en mis pensamientos.

Dime, ¿Qué podría yo hacer?, estoy sola. Mi padre murió, mi madre también. Estoy carente de alimento, no se dónde puedo encontrarlo. Estoy sumida en una maldita tristeza de la cuál no puedo escapar y sigo aferrada a los recuerdos de cómo era mi vida, como solía virvirla y con quien lo hacía. Pero ya no tengo nada, mi corazón esta abatido, destrozado, roto, mis perdidas han dejado una cicatriz y un dolor irreparables, quiero morir. ¡Pido a gritos la muerte pero no viene a mi!, ¿Porqué, maldita sea?, ¡¿Porqué alguien no me quita la vida de una vez y me ahorra el sufrimiento?!...

¿Porqué... porqué no puedo ser fuerte como lo era mi padre?, ¿Porqué no soy capaz de afrontar mi destino?. ¿Porqué no puedo seguir adelante, ó al menos tratar de hacerlo?. Soy débil, una persona sin carácter que no sabe darle la cara a los problemas.

- Quiero... morir.- Susurro para mi misma. Y, de un momento a otro, un pequeño fragmento de las palabras de mi padre, volvió a mis recuerdos.

"Siempre debes recordar que, el hecho de que nuestra condición no sea la mejor, y creas que no puedes lograr lo que te estas proponiendo, acuérdate de que, si hay esperanza, al menos un pequeño fragmento de esperanza, podrás lograr alcanzar tu sueño, nunca dudes de lo que te digo ahora".

Una sonrisa se extendió en mi semblante y recuperé la fe que había perdido. Ahora he dicidido que debo seguir, porque se que lo que más deseo ahora es cumplir mi sueño, lo convertiré en realidad.

Saldré de la comuna de Conques e iré a la Comuna de Marsella, donde comezaré a tocar, voy a lograrlo estoy segura que lo haré.

Después de 3 días caminando, fui capaz de llegar al lugar, pero creo que debería descansar después de tan larga caminata. Ya empezaba oscurecer y las calles quedaban completamente desoladas, inspiraba terror. He quedado en una calle, hay un muy viejo puente, decidí ir a dormir bajo el ya que no encuentro otro sitio. Debido al cansancio, cierro los ojos y trato de quedar dormida. Luego de unos minutos comienzo a sentir que alguien esta intentando lenvantarme y, en cuánto trato de abrirlos veo a cinco hombres detrás de quién me esta cargando, así que dejo salir un grito de auxilio:

- ¡¡A-Ayuda!!, ¡¡SUÉLTENME, DÉJENME EN PAZ!!.

- Jajajajaja, Es una pequeña fierecilla escandalosa, ¿No creen?.- No lo podía creer estaba a punto de ser violada por estos tipos, ahora ¿Qué iba a ser de mí?, nadie acudía a mi llamado, clamé tanto por la muerte hace días, y llego en cuánto recobré mis ganas de vivir, esto simplemente era espantoso.

- Vamos a jugar, linda.- Creí que había llegado la hora de morir, lo sabía ya estaba cerca.

A lo lejos, veo que una puerta se abre repentinamente.

- Oigan, ¡Dejen a esa muchacha en paz!.- Esto lo ha gritado un señor.- ¡¡Fuera!!.- Entonces en ese momento aquel hombre me dejó caer al suelo, y mi corazón, dejó de latir al menos por un segundo, estaba asustada, confundida, y luego aliviada de saber que alguien me había rescatado. De la casa donde se encontraba el señor que me salvó, corrió una mujer que parecía ser su esposa, con un edredón.

Melodías De un Corazón Roto [CONCLUIDA/EDITANDO].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora