CAPITULO 01

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Desliz

Como toda chica de 18 años debería tener novio o simplemente estar en alguna fiesta disfrutando de la adolescencia que está por culminar, pero no, en vez de eso estoy en un lujoso restaurant, luego me toca instalarme en mi vacía habitación y estudiar para un estúpido examen, ¡eso no está tan mal!, claro, sino supiera que luego mi madre me obligará a pararme sobre mis dedos de los pies a ensayar ballet, después a practicar horas interminables en aquel piano, el cual ni siquiera tiene la culpa de odiarlo, pero lo hago.

Odio aquellas zapatillas y aquel insípido traje de ballet, odio las malditas teclas del piano, que como mi vida, es de color blanco y negro, en fin, odio mi vida, pero sobre todas las cosas, odio mi maldito closet, en el solo hay vestidos color pasteles, aunque unos que otra vestimenta de piel de animales, ni una falda, ni un pantalón, pero mi madre lo recompensa diciendo que son de marcas. ¡ Que estupidez ! Que me los diga cuando sea ella la que tenga que ponerse un horrible vestido piel de culebra, como lo llevo yo hoy. Todo por asistir a una cena con la crema y nata de la sociedad.

Por ello no dudo cuando mi prima y única amiga, que está más loca que una cabra me dice para ir a una fiesta de universitarios locos a las afueras de seul. Es eso o quedarme aquí a escuchar a este montón de viejos aburridos que usan pelucas para tapar la calvicie propia de su edad, y aquí entre nos, prefiero la primera opción.

— Vamos a ser la onda en esa fiesta — le digo sarcásticamente en lo que inspecciono lo que llevamos puesto, agradezco ahora que mi madre no haya optado por aquella ropa que llevaba Min ji, un vestido amarillo chillón, más espantoso que el mio, Lo juro. Puedo ver su mirada divertida y sé que trama algo. Llegamos a un auto y nos adentramos en el, empezando a dar marcha a nuestra aventura.

— Claro que lo seremos — dice alcanzando una bolsa que ni siquiera me había percatado que estaba en los asientos traseros del auto. Auto que cabe recordar robó de su madre. De ella saca dos diminutos vestidos de color rojo y negro ¡ ni siquiera me va a tapar la mitad de los muslos! — el tuyo es el negro. Me pondré el rojo, estaré caliente como el infierno.

— Lo que vas es a embravecer a un toro con eso — una pequeña risita escapa de su garganta.

— Pues estoy esperando con ansia sus cachos — me permito sortar una leve carcajada, sé a que se refiere con eso por la mirada pervertida que me lanza. No habla de los cachos que lleva en la cabeza aquel animal, más bien de lo que lleva guindando en la cabeza de abajo aquel ser llamado hombre — universitarios — dice de manera risueña.

— Desde cuándo tenías preparado esto? — le pregunto.

— Desde el mismo instante que fue anunciada la fiesta —una mirada adquisitiva se muestra en su rostro en lo que gira hacia mí — va a estar descontrolada — eso me pone nerviosa, no lo voy a negar, solo espero que no me deje sola apenas lleguemos. Nunca he ido a una de esas fiestas, y obviamente no voy a encajar ahí, pero tengo que empezar.

— Dios, nos hemos revelado — digo en lo que niego con la cabeza y ella sonríe abiertamente. No sé de donde ha salido la idea de ir a esa fiesta, pero tampoco preguntare. Hoy tengo ganas de embriagarme, bailar hasta que los pies me lo permitan y tal vez dar mi primer beso, si de algo también estoy segura, moriré de vergüenza de hacerlo.

Nunca he probado unos labios ¡ cuán patética soy !.

¡ Patético es cuando simulas besar a la almohada o a tu propia mano ! — habló mi consciencia, supongo.

Es cierto, soy la estúpida chica que cuando estoy sola en mi habitación intento hacer los movimientos de un beso. Sí, rianse. Como si ustedes no lo hubieran intentado también. En mi defensa diré, que no quiero verme tan patética cuando lo haga. Se supone que debí haber dado un beso a los 12, 14 o 16, pero no, al parecer Han Lu Na debe ser patética hasta la muerte.

— Llegamos — salgo de mi ensoñación Encontrándome con una enorme mansión, más grande que la mía, es toda blanca con cristales por donde se mire, solo los pilones la sostienen, vaya. — ahora, salgamos a deslumbrar — dice tan enérgicamente que me animo con ella, aunque no dure mucho.

Apenas pongo un pies, un fétido olor nos da la bienvenida, vasos, latas y unas cuantas botellas de vidrios yacen en el suelo, lo peor son las personas, todas desenfrenadas, las chicas bailando sensualmente y los chicos manos largas que no pueden faltar.

— Me vuelves a poner una mano encima y tu pequeño amigo lo va a sentir — le dice Min Ji a el chico Manos de Tijeras que por cierto no se parece en nada a Johnny Deep, es un chico con la piel blanca y el pelo más rojo que he visto en mi puta vida, el la mira divertido mientras le sonríe ¡ Dios, sus ojos se achicaron!, es adorable, manos largas pero adorable y sé que Min Ji debió caer por él, lo sé porque está colorada y sus comisuras están alzadas, también sé que ya valí verga cuando acepta la mano que el desconocido le da y sin miramientos me deja ahí tirada en lo que ella va a bailar.

¡ Que perra!

Bien, ella no prometió nada, pero donde queda la sangre entonces? Es una sangre sucia.

Ya en nadie se puede confiar. Sin más nada que hacer, camino hasta aquella barra donde ofrecían todo tipo de bebidas. Ahí, viendo la vida pasar y las personas disfrutar me doy cuenta de que la mía es más bien desabrida, nunca nada nuevo pasaba, siempre lo mismo. No me di cuenta de la situación hasta que vi los pequeños vasos de tragos en frente de mí, cuando había tomado tanto?, no lo sabía a ciencia ciertas.

Al parecer la primera parte de mi plan estaba cumplido aunque no lo estaba disfrutando, lo que si no esperaba era que apenas girando el rostro, unos finos labios impactaran contra los mios, permitiéndome sentir su textura y el sabor a alcohol y menta.

— Oye — dije separándome un poco de él — no sé besar — Admito. No sentí vergüenza alguna, lo más probable era que fuera por la cantidad de alcohol que corría por mi torrente sanguíneo. Unos oscuros ojos se posan en mí y rio abiertamente.

¡ Excelente, se estaba burlando!

— No importa — dijo cuando salió del chiste que le produje, acercandose nuevamente su rostro a el mio — Yo te enseño — concluyó finalmente, delineando mi labio inferior con su lengua, ahí me permití perderme ante aquellas sensaciones ajenas a mí.

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NUEVAMENTE HOLA, ESPERO LES HAYA GUSTADO ESTE PRIMER CAPITULO. SI QUIEREN DECIRME CUALQUIER COSA DEJENLO EN LOS COMENTARIOS QUE GUSTOSA RESPONDERÉ. NOS LEEMOS PRONTO Y NO SEAN TACAÑAS Y VOTEN. ALV😂😂😂

FLORES PARA LUNA - JUNGKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora