Capitulo 2 - Esa mujer.

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Desperté, todo estaba tan oscuro. Tenía una venda en mis ojos, que me negaba el ver. Estaba sentada en el suelo con mis manos siendo atadas fuertemente por una cuerda.

Me quede atenta, a cualquier tipo de ruido. La puerta se abrió de golpe, pasos acercándose se escucharon.

-Hey, mocosa-Una voz gruesa me llamo-¿Qué haremos con ella?-

-No tengo idea-Una segunda voz se escuchó-Esperemos indicaciones.

Me quede callada.

-Quítale esa cosa-

Me arrancaron la venda sin ninguna delicadeza

-Wow-Dijo el primer hombre con asombro-Esa niña tiene unos ojos raros-

Le mire con asco ¿Raros? No señor. Mis ojos eran únicos, como solía decir mi padre.

-Tienes razón-El segundo hombre me tomo de la barbilla y me obligo a mirarle-

-Pagarían bien por ella-

Hay me puse nerviosa ¿Pagar por mí? ¿Me venderían? Tal vez para trabajar como aquellas mujeres que a mi papá le gusta asesinar, mujeres nocturnas, que siempre están en aquella esquina.

-No seas idiota-El primeo le dio un golpe en la cabeza-No la venderemos-

Suspire aliviada.

-Eh…podrían…-comencé a mirarlos de pies a cabeza. Me detuve en el bolsillo de uno-¿Podrías prestarme tu navaja?-Pregunte llena de inocencia-Les mostrare un truco-

Que idiota. Desato mis manos y me dio la pequeña navaja. Cerré mis ojos, con mi mano libre cubrí mis ojos y lentamente la fui bajando hasta mi barbilla. Ambos hombres me miraron horrorizados. Tenía la misma cara de Jeff The Killer, mi padre.

-¡Eres un maldito monstruo!-Grito uno-

-Pero… ¿Ustedes no quieren ser hermosos~?-Pregunte con una voz melosa-

Sin perder más tiempo, comenzaron a correr a la salida. Me abalanza sobre uno, quedando yo arriba de él. El pobre había llorado y peleado tanto…peo nada funciono. Le deje en el suelo, con su ahora, permanente sonrisa.

El otro hombre había presenciado la escena con horror, acurrucado en posición fetal cerca de la puerta. Me acerque a él, pase la navaja llena de sangre por su mejilla.

-¡Basta, Cristal!-Una voz femenina me distrajo de mi labor-¡Déjalos, por favor!-

-¡Gracias al cielo!-Grito el aterrado hombre, le clave la navaja en el cuello-

-¿Quién es y por qué sabe mi nombre?-Pregunte volviendo mi cara a la normalidad.

-Soy…-Dijo cortante-Soy tu madre-

Solté una carcajada y fingí secarme una lágrima.

-Por favor, no me haga reír-

-Es la verdad, hija mía-Dijo, se acercó a mí con paso firme-Jeff…él te alejo de mi lado…-

-No.-Dije fríamente-El no hizo eso-

La extraña mujer, de cabellos castaños y ojos miel frunció el ceño.

-Créeme. Te llevare lejos, él es mal ejemplo para ti-

-¡No puedes!-Grite retrocediendo unos cuantos pasos-¡Él no es eso! ¡Él es todo para mí!-

-¡Maldita sea!-Grito llena de enojo, ahora sé de dónde saque mi mal carácter-¡Es un asesino!-

Le di una fuerte bofetada que resonó por toda la oscura habitación.

-Cierre la boca-Dije firme-No tiene derecho a hablar así de el-

Y de un momento a otro, la mujer estaba tumbada en el suelo, había vidrios rotos por todo el suelo y mi padre estaba frente a mí.

-Vámonos. Ya-Dijo en tono seco.

Me lance a su espalda, salimos de aquel lugar y nos subimos ambos al pequeño auto.

El camino a casa fue silencioso, nadie se atrevía a decir nada…¿Esa mujer en verdad era mi madre? Yo lo creía…pero no estaba confirmado.

Al llegar, no creí lo que mis ojos carmesí estaban viendo. Todas mis maletas estaban afuera de nuestro hogar.

-¿Qué…demonios?-Hable con voz cortante. Mi padre apoyo su mano en mi hombro-

-Iras a casa de unos amigos-Dijo mirándome-Es peligroso que estés aquí. Tu madre nos encontró.

Asentí lentamente.

-Ellos son agradables-Dijo alegre-Ya veras, hay chicas y…-frunció el ceño- chicos…de tu edad…-

No le conteste ¿Irme a vivir con extraños? ¿En verdad?

¿Estar juntos? No conoces a mi padre...(Ticci Toby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora