Me desperté muy nervioso, ya que hoy mis padres por fin conocerían a Aria. Cada día la amo más, su sonrisa, su entusiasmo, su sarcasmo, amo todo de ella.
Me levanto de la cama y voy al baño hago mis necesidades, me ducho y me pongo esto:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estuve toda la mañana preparando las cosas para comer con Aria. La mañana se pasó volando, cuando quise arme cuenta era hora de ir a por Aria.
Al llegar a casa de aria, me abrió su abuela.
-Pasa querido, Aria esta terminando de preparar.
Cuando terminó de hablar se escucharon pasos y cuando terminó de bajar las escaleras llevaba esto:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba más que seguro de que mi boca estaba por el suelo, ya que Aria cuando me vio soltó una gran carcajada así que me recompuse y le dije:
-Estás hermosa amor.
-Parecía que te iban a entrar moscas.
-Ja ja que gracioso.
-Perdón amor. Tu también estás muy guapo.
-¿Vamos?
-Sí.
Después llegamos a mi casa, la cual no esta muy lejos de la casa de Aria. Al llegar tocamos al timbre, por que me había dejado mis llaves. Abrió mi madre.
-Hola querida es un gusto, mi hijo no para de hablar de ti.- Aria se sonrojó.
-Es usted muy amable señora.
-Nada de señora dime Sandra.
-Eres preciosa y con es ropa mucho más.
-Gracias Sandra. Yo soy Aria.
-Pasa Aria y tu también hijo.
Al entrar mi casa estaba como siempre todo perfecto y muy ordenado. Aria estaba impresionada.
-Vuestra casa es preciosa.
-Muchas gracias hermosa. Soy Dylan e padre de este bruto y marido de esta preciosidad.- Dijo mi padre.
-Oye.- Dije yo haciéndome el ofendido antes de comenzar a reír.
-Encantada de conocerlo.
- Dime Dylan. Odio que me llamen señor
-De acuerdo Dylan.
- Hijo, no podrías haber encontrado una novia mejor. Es perfecta, además de preciosa.
-Muchas gracias Sandra.
- No tienes por que darlas hermosa.
Pasamos el resto del día en mi casa. Estuvimos hablando de cosas triviales hasta que se hizo muy tarde.
-Quédate a dormir.- Dijo mi madre.
-No puedo abusar de su hospitalidad, además no quiero ser una molestia.
-Nunca serás una molestia cariño.
-Está bien. Pero tengo que avisar a mis abuelos para que no se preocupen.
Después de hablar con sus abuelos colgó y dijo:
-Dicen que por ellos está bien.
Mi madre se puso muy contenta y antes de comenzar a hablar me miró con una sonrisa que n pude descifrar hasta que dijo:
- Te quedarás en el cuarto de Aaron.
- ¿Estás segura Sandra?
-Sí.
-Está bien.
-Entonces dormiré en el sofá.
-De eso nada Aaron. No pienso echarte de tu cuarto así que dormirás conmigo.- Dijo Aria muy segura.
-Sabía que dirías eso, por esa razón te he mandado a su cuarto.- Dijo mi madre con una sonrisa pícara por lo que Aria se escondió en mi pecho.
-Bueno vamos querido. Usen protección.
-Mamá.
-Vamos amor.
-Vale.
Dirigí a Aria hasta mi habitación. Al llegar recordó que no traía pijama por lo que le dejé un camiseta mía. Mientras ella se cambiaba en mi cuarto yo me quedé en bóxer. Mi camiseta le llegaba por los muslos. Le señalé que se acostara a mi lado. Ella se acercó y se acostó a mi lado. Antes de dormirse me dio un beso y me abrazó.
Y muy feliz de tenerla a mi lado caí en brazos de Morfeo.
