1.

66 1 0
                                    

6:30 a.m.

"Toc, toc, toc."

Escuché entre sueños.

"Toc, toc, toc."

Abrí mis ojos lentamente, miré la habitación como si nunca hubiera estado ahí, con el cerebro dormido al parecer.

"Toc, toc, toc." 

Escuché por tercera vez, y a continuación se abrió la puerta, dejando ver al idiota de mi mejor amigo.

-¿Qué no piensas levantarte?- Dijo entrando a la habitación, parándose frente a mí -¡Hoy es el día!- Dijo emocionado, como niño pequeño cuando sus padres le dan la enorme sorpresa de que irán a Disney, solo que nosotros no iríamos a Disney, mas bien nos mudaríamos, George J. Sheppard se mudaría con mi familia.

Tomé mi teléfono y lo encendí, la luz de la pantalla me lastimó los ojos, tardé unos segundos en acostumbrarme a esta y cuando ocurrió vi la hora.

-George...- Dije con voz ronca, esa típica voz ronca que todos tienen al despertar, la cual parece que un espíritu demoníaco se introdujo en tu cuerpo, y en vez de que tu hablaras, esta habla por ti -Son las 6:40 de la mañana- Dije y de inmediato me tapé la cara con las sábanas -¡Déjame dormir!- Grité por debajo de estas. 

-Vamos Loyd...- Dijo sentándose a mi costado, y tratando de quitarme las sábanas de encima, lo cual era completamente imposible -Debes empacar- Mencionó con voz suplicante, esperando que esta lograra levantarme.

Saqué mi dedo de el escudo protector de sábanas que estaba a mi alrededor y señalé las maletas ya hechas junto a la puerta del baño.

-Bueno...- Dijo tratando de encontrar alguna otra excusa para sacarme de la cama -Debes...- Paso un largo tiempo en silencio y por fin habló -Arreglarte-.

-Nos vamos Hasta las 9:00 George...- Bufé sin salir de las sábanas -Solo dejame dormir-.

Hubo un largo y tranquilo silencio.

-Por fin se fue-  Pensé -Paz y tranquilidad- Cerré los ojos lenta y tranquilamente, y traté de dormir de nuevo.

-¡Loyd Grey!- Al oír tremendo grito en mi oído, mi corazón estalló en taquicardia, perdí el control de mi cuerpo y caí de la cama, enredado en mi maldito "escudo" de sábanas.

George estalló en carcajadas.

-¡Maldita sea George!- Dije levantándome del suelo furioso, alcé las sábanas y las aventé a la cama, casi siempre estoy de malas al despertar, pero lo que me hacía estar de verdad fúrico era que interrumpieran mi maldito sueño -Sabes que me enfada mucho que me despierten- Grité sin medir mi voz.

-Tranquilo bebé- Dijo con voz seductora, se poso detrás de mi y posó sus manos en mi cintura, se acercó a mi oído y susurró -Solo relájate- y a continuación me arrimo su..."Amigo".

-¡George!- Grité al sentir... "eso" en mi trasero, volteé rápidamente y lo alejé de mi con un leve empujón -Eres un maldito pervertido- Dije entre risas.

No era la primera vez que lo hacía, ya lo había hecho varias veces antes y sé que es broma ya que George es un maldito mujeriego, era la única forma de tranquilizarme, ya que hacia reír a carcajadas.

-¡Ay!, como si no te gustara- Dijo riéndose.

-Claro que no me gusta- Dije viéndolo molesto, pero aun con una sonrisa de gracia dibujada en mi rostro, la cual trataba de esconder, pero esta se rebelaba, asomándose traviesa y necia por delatarme.

Autum FallsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora