Capítulo 1

20 1 1
                                    

Vaya mañana de mierda.

Estoy agotada, me costó tres alarmas despertar hoy, las copas de vino de la noche anterior me tienen con la garganta seca y para agregarle más felicidad a toda la cuestión, a medio camino entre mi departamento y la consulta, las medias que llevo se han quedado prendadas de algún tornillo medio suelto en el asiento del autobús. El en un principio pequeño hoyo ha ido corriendo los otros puntos hasta extenderse por toda mi pierna, a-som-bro-so.

- Por favor dime que no he llegado demasiado tarde para ninguna cita – pongo ambas manos en el mostrador que se ubica en el centro de la sala de espera y un suspiro de le escapa a la mujer que esta tras él.

- Tu primera paciente está esperando, Alana – me mira con regaño tras sus lentes. Creo que María tiene entre unos 40 0 45 años y a pesar de que solo llevo algunas semanas aquí, hemos congeniado bastante bien. Aun no se mucho de ella, aparte de que está casada hace mucho tiempo y tiene tres hijos de los cuales se las pasa hablando.

Me basta de todas formas, es organizada y metódica, justo lo que necesito para poder hacer mi trabajo.
Le tiro un beso en agradecimiento y entro finalmente a mi sala de consulta. Es bastante espaciosa y para el poco tiempo, me he ocupado de la decoración bastante bien. Me gusta que se sienta cálida y acogedora para mis pacientes, así que me encargo de ordenar las cosas que he traído desde casa y sacar el papeleo que necesito para la persona que va a entrar ahora. Aquí vamos otra vez. 

Una hora y media, vaya, nos hemos pasado. Pero es que una vez que la chica ha comenzado a llorar no he podido detenerla, está bien, por fin estamos logrando avances.
Los hombros me pesan un poco y siento la espalda tensa, todavía es difícil. Lidiar con los sentimientos de otras personas, las historias que tienen detrás y sus principales conflictos no es algo de la que salgas ilesa, al menos no todavía. Siempre tengo que darme un respiro entre paciente y paciente para deshacerme de los afectos que me tiñen en cada terapia. Dicen que tarda entre dos a tres años poder ser inmune a los sentimientos de quienes atiendes, quiero decir, evidentemente lo que le suceda al otro va a seguir siendo objeto de tu interés, pero ya después de una sesión en donde alguien se la pasó llorando, ya no vas a sentir esta pesadez justo como la siento yo ahora.

Camino hacia al final de la sala donde esta mi laptop y reviso el archivo que me envió María hace un rato, tengo un paciente nuevo. Ethan Bennet, 26 años y de origen inglés. No ha llenado el motivo de consulta, vaya, esos suelen ser los peores. Recojo una nueva hoja en blanco, el lápiz y cuando estoy lista salgo a llamarlo por la puerta.

Me fijo que hay un par de personas más esperando, deben ser pacientes de Leo que tiene una sala continua a la mía.

- Ethan Bennet – algunos levantan la vista, pero nada sucede – Ethan – digo ahora un poco más fuerte, aunque estoy segura que todos los que están aquí ya escucharon.

Se escucha un murmullo y alguien a quien no había visto se levanta. Mierda. Un metro ochenta de hombre se acerca hasta mí a paso lento y dudoso, un par de ojos color esmeralda me miran cuando llega justo donde estoy. Se aparta un rizo rebelde que le cae sobre la frente y juro que ahogo un gritito, tiene el pelo más maravilloso que he visto en un hombre.

Cuando medio sonríe nervioso se le forman dos hoyuelos en las mejillas que lo hacen ver joven y muy, muy guapo. Pero es que, ¿de dónde ha salido este chico?

La cuestión solo mejora cuando le echo una miradita rápida a su completitud, usa una camisa gris holgada y unos pantalones negros ajustados que terminan con unos botines en punta del mismo color. Se nota que debajo de toda esa ropa debe haber un cuerpo trabajado y el solo hecho de imaginármelo me hace tragar aire. Vale Alana, contrólate.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 29, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CATARSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora