— Si tuvieras la oportunidad de escoger si alguien es feliz o no, ¿te elegirías o escogerías a alguien más? — Preguntó Jungkook con una gran sonrisa en sus labios.
Jimin abrió sus ojitos más de lo normal porque no se esperaba que el castaño le hiciera esa pregunta tan extraña pero sabía la respuesta perfectamente aunque dudaba que fuera verdad eso de escoger si alguien es feliz o no.
— Escogería a alguien que lo merezca más que yo, Jungkookie. —Respondió sin vacilar.
— ¿Y quién crees que lo merece?
El pelinegro se quedó callado mientras jugaba con sus manos con algo de nervisismo antes de negar con su cabeza muchas veces sin parar mientras que un color carmín adornaba sus tiernas mejillas. No, él no podía decir la persona a la cual escogería.
— No te diré todavía, Jungkook.
Aquellos recuerdos atacaban su mente sin piedad. Jimin se encontraba sentado en su cama mirando por la ventana, sin embargo, su mirada se encontraba totalmente perdida al recordar aquellos acontecimientos en su vida. Lo que había pasado no era su culpa pero de todas maneras sentía que era así. Miró a la calle enfrente de su hogar e imaginó Jungkook ahí levantando su mano para saludar pero no, no estaba y eso era lo que tnato le dolía al chico.
Limpió una lágrima que bajaba por su mejilla mientras cerraba los ojos por un momento para concentrarse en la suave lluvia que estaba cayendo. El día estaba triste pero Jimin lo estaba todavía más.
Más recuerdos atacaban su mente.
— Jiminnie, ¿me dirás algún día a quién escogerías? — Preguntó con una sonrisa para después hacer un pequeño puchero con su labio inferior.
Las mejillas del recién nombrado se tornaron muy rojas. Pensaba que el contrario era demasiado tierno al hacer eso y no se equivocaba en nada, el contrario era demasiado tierno ante sus ojos sin duda alguna. Sin embargo, volvió a negar con su cabeza al mismo tiempo que se acostaba en la cama de Jungkook para abrazar una de sus almohadas. Aquel día había decidido quedarse a dormir con él y eso le emocionaba demasiado. Después de todo compartir con su mejor amigo era lo mejor.
— Es un secreto que quiero guardar para un momento indicado, ¿entendido?
— Algún día me tendrás que decir, ¿sabes?
— Oh, por supuesto que te lo diré pero ese día no es hoy. Ven a acostarte conmigo.
Jungkook suspiró y apagó la computadora que había estado utilizando antes para acostarse con su chico, bueno, con su mejor amigo. A decir verdad, se tenían demasiada confianza.
En aquel momento Jimin no se dio cuenta pero era el momento exacto para decirlo. Su corazón ahora dolía demasiado por el arrepentimiendo que tenía. Gotas caían por su ventana y él se quedaba mirándolas hasta que se perdían al bajar y entrar en contacto con el marco de la ventana que se encontraba ya lo suficientemente mojado. Cerró sus manitos alrededor del osito que tenía entre sus brazos por recordar que había sido un regalo de Jungkook. El osito era el último regalo que éste le había dado y eso lo atesoraba completamente.
— ¡Jiminnie, te tengo una sorpresa!
Aquel día el cielo estaba tan hermoso y el sol estaba tan brillante que no parecía ser el último día que estaría con el castaño. Pero claro, en ese momento no sabía que sería el último. Jungkook estaba en la puerta de su casa con las manos escondidas detrás de su espalda.
— ¿Qué sorpresa? — Preguntó Jimin muy emocionado y dando uno que otro salto.
Jungkook soltó una pequeña carcajada al ver lo tierno que era el Park cuando se emocionaba y actuaba como un niño pequeño ante él. Sacó lo que tenía escondido en su espalda y Jimin al verlo casi se muere de amor. Es que ver al chico de sus sueños delante de él con un peluche, no, con un osito en manos era lo más hermoso del mundo.
— El osito quiere que vayas a una cita con la persona que te lo dio. —Las mejillas de Jungkook estaba sumamente rojas e intentaba esconder su rostro detrás del osito.
— ¡Vamos a una cita, Jungkookie! — Todos sus sueños se estaban volviendo realidad ese día sin dudar. Agarró el osito. — Espera aquí un momento que lo dejaré en mi habitación.
Jungkook tan solo asintió mientras rascaba su nuca.
Jimin corrió hasta su habitación y dejó el oso en la cama para después bajar corriendo y salir con el chico a su tan esperada cita.
Apretó el oso más que antes mientras las lágrimas recorrían sus mejillas recordetas. Nunca había tenido el corazón tan roto como lo tenía ahora y eso era lo cruel, no quería otro corazón roto si no era de Jungkook. Los últimos momentos a su lado fueron lo peor para el Park. De tan solo recordar dolía tanto.
— Jungkookie, ha sido maravilloso todo esto. — Soltó una pequeña risa al mismo tiempo que sujetaba la mano del menor.
— ¿De verdad? Pensaba que te ibas a aburrir conmigo yendo al parque de diversiones.
— No, nunca me aburriría a tu lado.
Habían decidido estar hasta tarde en el parque así que ahora se estaban devolviendo a la casa del menor porque se quedarían de nuevo ahí como hace días. Sin embargo, el destino no quería eso y al pasar por un callejón un hombre con una pistola salió y apuntó al mayor mientras pedía dinero y objetos de valor. Jungkook se tensó y lo pudo notar con facilidad.
— Pero no tengo dinero... —Susurró muy asustado Jimin.
— Es verdad que no tenemos nada. Por favor, déjenos ir.
El hombre pareció dudar y apuntó ahora al castaño pero devolvió el arma hasta el mayor.
— Entonces quiero que él venga conmigo. —Habló mientras apuntaba a Jimin.
Jungkook dio un paso al frente y negó.
— Él no irá a ninguna parte.
— ¿No?
Todo el aire que Jimin estaba reteniendo en su cuerpo escapó cuando tres impactos de bala estaban en el pecho de Jungkook. El castaño cayó al suelo mientras se sujetaba las heridas. Jimin estaba temblando y se agachó para intentar parar la hemorragia, pero no podía porque era demasiado tarde. Jungkook buscó la forma de tomar una de las manitos del chico. Lo peor era que el hombre había escapado.
— Te amo, ¿sabías eso? — Hablar dolía mucho pero de todas maneras habló Jungkook.
Jimin negó.
— Te he amado desde siempre... —Volvió a hablar el castaño mientras miraba al hermoso rostro del azabache cubierto de lágrimas.
— ¿Por qué? ¿Por qué sucedió? — Jimin no quería entender nada, pensaba que todo era un sueño cruel.
— Todo sucede por una razón... — Susurró.
— Te amo, Jungkook. Era a ti a quien escogía para ser feliz.
Recordar todo era un castigo. Jimin no podía ser feliz sin su otra mitad y menos con el remordimiento que tenía.
El destino había sido cruel con ellos. Jungkook murió en sus brazos sin saber que era amado por Jimin y que era la persona que escogía para ser feliz desde siempre. Jungkook nunca sabría que fue amado por su mejor amigo. Jungkook nunca sabría que Park Jimin se suicidó un mes después por extrañarlo tanto.
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Tears ┊Jikook / Kookmin┊
Historia CortaJungkook nunca sabría que fue amado por su mejor amigo. ➤ Original. ➤ A Kookmin/Jikook oneshot.