La ciudad se despertaba tras el húmedo letargo de una noche de lluvia y el sol se alzaba en el horizonte.
LA brisa salada del mar recorría los callejones de la ciudad de Maro.
Era pequeña y escalonada, construida sobre un acantilado que se erguía sobre una rocosa playa llena de afilados afloramientos de rocas y arrecifes.
Sus casas, pequeñas y pintadas de cal blanca deslumbraban con los rayos del temprano sol que emergía del horizonte, entre el oleaje.
Maro es una ciudad rica y prospera,posee un gran puerto donde llegan buques mercantes de los lugares mas recónditos, desde las calurosas islas del Sol Rojo hasta de la fría ciudad de Pharadis, todos los días llegaban barcos de pasajeros,gente de alta alcurnia, mendigos que buscaban una nueva vida,mercaderes dispuestos a vender su mercancía a su mejor postor, Maro era una ciudad con vida.
Estaba dispuesta en tres niveles, el bajo, junto a la playa y el puerto, donde vivían pescadores y marineros, familias de poca riqueza y donde pululaban los burdeles.
El segundo nivel era la zona del mercado, en una gran planicie del acantilado, allí las tiendas se arremolinaban y apretadas, llenaban los estrechos callejones de escaleras que unían las partes de la ciudad.
El último nivel estaba sobre el acantilado y llenando la pradera que descansaba sobre el, en esta zona vivían las gentes de dinero y los nuevos burgueses que habían amasado su fortuna con el comercio.
Cuando el sol despego del horizonte y las luces del día fueron claras la ciudad comenzó a llenarse de vida, las gentes salían de sus casas hacia el mercado, las viejas se sentaban en las puertas y terrazas a sentir el cálido abrazo de unos rayos de sol . tras la nublada tarde del día anterior y los niños salían a jugar entre las estrechas calles.
Jill Brennan es hombre de pocas palabras y parco en gestos, andaba con paso firme y recto bajando las escaleras desde el tercer nivel, vestido como siempre, con su túnica azul como el mar y su gabardina verde agua, su negro pelo largo recogido en un moño alto, sus gafas redondas que descansaban sobre una aguileña nariz y que escondían tras ellas unos rasgados ojos negros.
Ese hombre en épocas pasadas fue poderoso, fuerte y valeroso, pero si lo vierais ahora notaríais en su mirada la amarga agonía de un pájaro enjaulado, de un depredador encarcelado tras las rejas de un jardín zoológico, pero esa historia aun no debe ser contada, la historia de Jill Brennan.
Bajo con rectitud todos los escalones que le conducían al puerto y al llegar se dirigió a una taberna que se ubicaba sobre el borde de un gran afloramiento de roca.
Al entrar una ráfaga de olor nauseabundo le golpeo la cara, allí dentro, donde apenas había luz natural y solo velas consumidas iluminaban la sala., allí dentro estaba el hombre que buscaba.
Rodeado de marineros que tomaban a esas tempranas horas cerveza caliente y escupían insultos y falacias contra todo tipo de maldiciones y que llenaban la sala con el asqueroso olor de su corrompido sudor, allí estaba el, Gargho.
Gargho es un nombre conocido en todo Maro y alrededores, si preguntas te dirán que mato a cien hombres,que su padre era un demonio o que salio del vientre de su madre dando mordiscos como nacen los tiburones, por eso le apodaban Gargho "El tiburón",
El Tiburón se jactaba de ser la persona mas peligrosa de toda la región, pues controlaba "La seguridad" de la zona mercantil de Maro y todos los mercaderes debían pagarle un diezmo por mantener seguras las calles, era tan poderoso que ni la policía de la ciudad se atrevía hacerle frente y lo dejaban hacer sus negocios a sus anchas.
Gargho era alto y de piel negra, tenia un ojo blanco, según el se quemo el ojo con un carbón ardiendo en su tierra natal, las praderas de Naghais, para demostrar su virilidad delante de su padre, otros dicen que ese ojo blanco fue una maldición que le echaron por sus malos actos.
ESTÁS LEYENDO
Rathago
FantasyKaron es un joven esclavo, Jill un antiguo heroe Nigromante. Las decisiones que tomen cambiarán la historia de Rathago, el mundo en el que viven.