Capítulo 2

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Las primeras luces del alba destellaron sobre la sangre seca de la cabeza que colgaba del faro.

Dos gaviotas daban cuenta de los trozos de carne del cuello, pasando planeando y arrancando alguno, para luego devorarlo en las rocas de la costa.

Los marineros y gentes del puerto señalaban, bajan la cabeza y hablaban entre murmullos cuando descubrían aquel trozo de carne sin vida que alguna vez estuvo unido a un cuello.

Nadie quería hablar de ella, era la cabeza de el mas espantoso ser que había habitado en Maro.

Solo dos personas sabían como aquel trozo de carne había terminado allí.

Grace estaba sentada en el porche de madera, recibiendo las primeras luces del sol, calentándose mientras se tomaba la taza de te verde que Jill le había servido, el frio de la madrugada se desvanecía lentamente, y aquellos rayos cálidos rayos de luz le destelleaban en el pelo volviéndolo aun mas cobrizo.

Jill apareció andando por el pasillo, se había cambiado la túnica por una hakama y un chaleco cruzado de lino blanco, al llegar al final del porche se sentó junto a Grace y observo en la misma dirección.

Allí en medio del jardín Kathool descansaba tranquilo.

Su cuerpo era enorme, lo suficiente para levantar a tres personas, su pico era del tamaño de un antebrazo, y sus garras de la longitud de una espada bastarda.

Era un animal magnifico.

-Cuando Guilliam esta muy ocupado y se va de viaje, suelo montar a Kathool hasta las montañas Blancas, eso siempre me alegra el día- dijo Grace antes de sonreír y dar un sorbo del te.

Jill miro su cara redonda, de tez pálida plagada de numerosas pecas, le coloco la mano en el hombro y se levanto, descalzo sobre el césped.

-¿has pensado en intentar conseguir un puesto de Maestro Guardabosques?-

-Me inscribí hace dos semanas, dentro de un mes, cuando haya la reunión de Maestres y Jueces me dirán si puedo conseguir o no ese puesto-

Jill sonrió, como siempre Grace iba un paso mas adelantada que todo el mundo, como siempre. Era una joven llena de sana ambición.

El enjuto Nigromante saco la pipa de un bolsillo de la manga del chaleco, le apretó el tabaco y la encendió.

-¿sabes algo de..-

Antes de acabar la frase Grace le contesto.

-¿de Westwood?- pregunto con tranquilidad Grace, ella sabia que ese tema saldría de un momento a otro.

Dejo la taza de te en el porche y se levanto mientras se estiraba la espalda, se coloco delante de Jill y lo miro a los ojos.

-Ese hijo de puta tiene todas las jodidas papeletas para llegar a Gran Maestre, tiene untados a todos los Maestres y algunos Jueces-

Jill sorbió de la pipa y exhalo una gran nube de humo, queriendo de alguna manera encontrar la manera de calmar su agitado corazón, que se retorcía dentro de su pecho al oír aquellas palabras.

-mas temprano que tarde conseguirá lo que quiere, y cuando tenga el puesto no habrá nada ni nadie que lo mantenga alejado de ti- Grace se acerco y le coloco las manos en los hombros, y al hacerlo Jill sintió el perfume débil que Grace desprendía.

-Sabes que nos tienes a nosotros, a Guilliam, a James, a mi , a todos los Guardabosques, pero se precavido, no llames mucho la atención Jill-

Tenia razón, un paso en falso y todo se acabaría, los matarían a todos, tenia que actuar con delicadeza y sigilo.

RathagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora