Shocked

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Emily Lodge.

14 de marzo del 2012.

Dos años antes...

— ¡Silvane Lodge, por el amor a Jesús, Levántate! El estilista lleva quince minutos afuera y tu ni siquiera te has levantado de la cama ¡Que novia tan irresponsable! Eso es lo que dirán de ti si llagamos tarde a todas las citas ¡Levántate!

Hago mi mayor esfuerzo por quitar la pereza de mi cuerpo para que mi madre deje de parlotear y yo pueda arreglarme en paz.

— Buenos día, madre, yo también te amo y no, no estoy nerviosa porque hoy sea mi boda, gracias por preguntar.

— Oh, pequeña, lo siento. Es que sabes lo mucho que me irrita llegar tarde y tú no me ayudas, ven.

Mi madre extiende sus brazos y yo me refugio en ellos como la niña pequeña de 23 años que soy. Sí, muy pequeña.

Me regala una última sonrisa antes de ponerse de pie y empezar a parlotear como antes.

— Vístete, Silvane. ¡No! ¡Báñate! Pero de prisa... llegaremos tarde a todo, no puedo creerlo...

— Mamá, ya basta, vas a marearme y por milésima vez: Dime Emily. Sabes que no me gusta que me llamen Silvane.

— Respétame, jovencita. Que vayas a casarte no quiere decir que puedes cuestionarme y soy tu madre, yo te puse ese nombre así que puedo llamarte así cuando quiera. — Lanza un beso al aire y luego sale de mi habitación gritando a todo el personal un montón de órdenes absurdas.

Gina Lodge es un caso perdido. En un momento puede ser la madre más amorosa del mundo y al otro ser un ser una lunática fanática del orden y de que todo esté en su lugar. No la culpo, con hijos como los que le tocó quién no llegaría a su límite de desesperación.

Luego de asearme y vestirme me ubico frente al espejo para observar el resultado.

— Hoy es el día Em—Empiezo a hablarle a mi reflejo—, te casas. Cuentas con solo 23 años, aun te falta un años para terminar tu carrera y ya estas a solo horas de dar el mayor paso de tu vida.

No me malinterpreten. No me siento mal por casarme, solo que nunca pensé que lo haría tan joven. Siempre me imaginé llegando al altar luego de tener mi título en mis manos y ser alguien independiente.

— ¡Em! Tu madre casi hace que empiece a fregar el piso ¡Me confundió con una mucama! Es algo insólito.

— Hola, Lucy. No me sorprende que mamá lo haya hecho, está como loca con todos los preparativos de la boda.

— ¿Y tú cómo estás? — Pregunta mi rubia mejor amiga tomando mis manos.

— Mentiría si dijera que no estoy nerviosa. Estoy sudando hasta los tobillos.

— Sí, ya me di cuenta. — Dice soltándome las manos y secando lo que creo que es mi sudor en su vestido, acción que nos hace reír a ambas.

— ¡Niñas, salgan ya! — Grita mamá desde afuera y nosotras nos vemos asustada y salimos corriendo hasta su encuentro.

*****

— ¿Nerviosa, pequeña Em?

— Mucho.

— ¿Quieres un abrazo de oso de tu hermano mayor favorito?

— Sí. — Asiento y me lanzo en los brazos de mi hermano Ethan, quien acaricia suavemente mi espalda y susurra palabras de aliento en mi oído.

— ¿Cómo está eso de que él es tu hermano mayor favorito, Emily Silvane Lodge?

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