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Capítulo 4:

Annabeth Lee.

16 de abril del 2014.

Bar "Luna del olvido"

Ha pasado un mes desde que tuve mi última recaída. 

Decidí no mencionarle nada a Derek ya que eso haría que todo simplemente empeore, pero aun así ha estado detrás de mí para que tome sin falta la medicina. No lo culpo, sólo quiere mi bienestar. 

Aunque todo marche bien, aunque no hayan voces en mi cabeza, ni sueños extraños, hay algo que permanece: El reflejo de una mirada azul.

A veces siento que el recuerdo de Graham es producto de mi imaginación, que no existió y que así como muchas cosas que pasaron ese día, sólo fue un sueño; pero Leah no para de decirme que es verdad, aun cuando ella no lo vió, me recuerda todo lo que yo le conté esa noche y no me parece tan descabellado que él exista, solo que, lastimosamente sólo quedará como el recuerdo de un amable sujeto que me ayudó en un mal momento.

Sacudo mi cabeza para alejar los pensamientos y me concentro en secar los vasos de la barra.

— Hey Annabeth.

— Hola Leah ¿Qué pasa? — le sonrio a mi amiga y ella me devuelve el gesto.

— Pasa, querida Annabeth Lee, que es pasado el mediodía y ni tu ni yo hemos comido. Mira nada más ¡Nos tratan como animales! Así que agarra tus cosas y mueve tu lindo culito que hoy invito yo el almuerzo.

Río por las cosas que dice mi amiga y asiento tomando mis cosas.

— Tienes razón, pequeño demonio. Las tripas no paran de sonarme y si esta gente piensa que voy a seguir trabando de esta manera ¡Se equivocan!

Salgo de la barra y antes de salir del bar me volteo hacía uno de los trabajadores y le arrojo un trapo viejo al pecho.

— Hey, tú. Aun quedan vasos por secar. Encárgate.

El pobre no puede siquiera reaccionar cuando ya hemos salido del Bar.

— Pues mira que eres una perra mandona, Annabeth. Ten cuidado o pueden despedirte.

— Pues que lo intenten.

Ambas rompemos a reir mientras caminamos hacía un centro comercial que queda a pocos minutos.

***

— Entonce yo le dije: Como vuelvas a acercar tus uñas postizas a mi cara voy a sacar toda la silicona de tu culo a punta de patadas, zorra.

— ¡Maldición! Tiffanie es una verdadera zorra.— río y mi amiga asiente.— Debes avisarme la próxima vez para ver su cara de cague.

— Trato. Pero es que tenías que verla ella...

Leah sigue narrando su divertida historia mientras yo doy otro mordico a mi muy grosera hamburguesa. Cuando estoy tomando un trago de mi bebida algo llama mi atención. Las palabras de Leah pierden volumen y sólo puedo concentrarme en el hombre que camina de espaldas a mi con una niña rubia que le sujeta la mano. Algo me dice que lo conozco, pero no sé de donde. Algo típico en mi.

Para el momento que el hombre misterioso se da la vuelta todo se paraliza. La voz de Leah no se escucha, el apetito me cesa y la boca me queda seca.

Azul. Un hermoso azul adorna el rostro de aquel hombre, pero su mirada ahora no me observa, sólo tiene atención para la pequeña niña que le habla, la cuál tiene los mismos ojos azules.

Es Graham, no hay duda. Es él. Es real, no es un sueño.

— Uy pero es que déjame que la vea la próxima...

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2023 ⏰

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