~ Dreams ~

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Había abierto los ojos después de una siesta, se sentía tan cansado. Las jornadas de trabajo se multiplicaban, los horarios cada vez eran más exigentes, horas extras, fines apartados. Llegaba a casa directamente hacia su habitación, donde su mullida—pero fría—cama le esperaba desatendida.

Su mano se pasa por su rostro intentando quitar todo rastro adormecido, sus párpados se negaban a mantenerse por más tiempo alzados, sus articulaciones tronaban y su cuello dolía. Un suspiro cansino escapa de entre sus labios y su alrededor le recibe. Una habitación casi vacía, a oscuras por las cortinas que impedían que la poca claridad se colara por la ventana, las aves habían amanecido mudas y el cielo parecía no querer brillar.

HoSeok se levantó dando pasos letárgicos hacia el cuarto de baño, su reflejo ojeroso y algo demacrado le recibió al mirarse al espejo.

Le dio asco verse.

Una ducha fría, ropa más cómoda, un desayuno sencillo. Ese sábado le había tocado libre por lo que intentaría tomarle provecho; descansar le parecía una buena opción por lo que no se negaría a plantarse en el sillón de su sala y poder malgastar su tiempo entre películas malas y algo de comida chatarra.

Si, el plan perfecto, pensó.

Tenía tanto en su cabeza, pensamientos que calaban su mente dejándolo mareado, revoloteando y cansándolo. Otros suspiros y dejó que su cabeza cayera en el respaldo del sillón. Sus ojos se sentían cada vez más pesados, algo llorosos por los múltiples bostezos, hasta que se dejó llevar por Morfeo y sus planes de mantenerlo alejado de la realidad.

¡HoSeok! ¡HoSeok!

Su respiración se cortó, sentía su cuerpo flotar en contra de su voluntad. Trató de retomar el aire perdido, pero sintió como sus pulmones se aprisionaban, dejando entrar la desesperación. Se agitó y el cuerpo líquido que le abrazaba comenzó a ceder, enviándolo hacia la superficie. Al sacar su cabeza de aquel estanque inhaló fuerte lastimando su garganta. Se sentía morir, un poco más y moría ahogado.

No recordaba el haber llegado hasta aquel bosque, mucho menos estar dentro del lago que con una simple mirada se notaba lo profundo que este era. Con la respiración agitada y su cuerpo doliente comenzó a nadar hasta la orilla. Su ropa se apegaba a su cuerpo dificultando su andar, las ramas bajas de los árboles rasgaban la piel de sus brazos. Se encontraba perdido, deambulando a lo largo del trecho rocoso, adentrándose cada vez más hacia el interior del bosque. Sus ojos ardían, sus párpados caían de lleno siendo difícil volver a alzarlos, su garganta fría y su voz rota.

¿Era una clase de sueño?

¡HoSeok! ¡HoSeok!

Esa voz... Alguien le llamaba a gritos. Alzando la vista intentando seguirle pero... nada. La voz se repartía en distintas direcciones, dando pasos torpes sin saber qué rumbo tomar. Su cabeza palpitaba, se sentía confundido.

—¡HoSeok!

Y corrió.

Corrió con todas sus fuerzas. Esta vez la voz había sonado tan nítida, tan clara. Aquel llamado sonaba desesperado, así como justo ahora él se sentía, desesperado por encontrar algo que le ayudase a saber qué ocurría.

Apartando las ramas bajas de los árboles, esquivando de mala gana las raíces salientes del suelo, detallando una figura nublada en el centro de un claro, y luego...

... todo negro.

Los toques simples y sin fuerza en su frente le hicieron abrir los ojos pesadamente, encontrándose con la cara familiar—y burlona—de su mejor amigo.

Litost [VHope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora