Horas después hana y los demás llegaron a la mansión
Hana: es bueno volver creo que debo ir a ver al líder
Jonathan: se que no as dormido nada así que ve a refrescarte y descansa yo le explicaré todo al líder
Hana: si es así esta bien...
Ame: nosotros también iremos a descansar, jonathan bienes?
Jonathan: vayan yo aun tengo que entregar el reporte...
Jonathan sabía que el líder estaría muy impaciente por recibir noticias así que se dirigió inmediatamente a su oficina
Líder: ya era hora! Dónde esta hana?
Jonathan: descansando en su habitación
Líder: y bien a cuantos mataste?
Jonathan: eso no fue necesario aun sin nosotros ella hubiera regresado de igual manera
Líder: entonces aquel hombre no puso resistencia?
Jonathan: ninguna señor, en cuanto llegamos encontramos a la señorita hana tranquila sin preocupación alguna mientras el señor Luis dormía en sus piernas
Líder: como? Acaso la obligó?
Jonathan: yo también tenía mis dudas así que al terminar el desayuno hable con el...
Recuerdo:
Jonathan: señor Luis podría hablar con usted un momento?Luís: que pasa?
Jonathan: por lo que nos contó el líder hana estaba muy aterrada al verlo y aun así usted se la llevo contra su voluntad como es que todo acabo así?
Luís: es muy raro verdad? Si te soy honesto cuando hana empezó a vivir en mi familia como una sirvienta pasaron muchas cosas horribles aun así cuando se la llevaron me sentía tan solo y tan perdido que el dolor me era insoportable y desde ese entonces siempre quise volver a encontrar a hana para hablar con ella pero anoche cuando le hable me di cuenta de algo
Jonathan: que cosa?
Luís: al parecer hana borró sus recuerdos de cuando estuvo aquí intencionalmente para nunca volver a recordar todo el dolor que paso y para así poder perdonar, suena difícil de creer?
ESTÁS LEYENDO
Huellas de lobo
WilkołakiCrees en mitos y leyendas? la familia luna es una familia muy misteriosa, una familia llena de prestigio y riquezas pero detrás de aquella familia perfecta existe una maldición que los rige y atormenta, pudiendo sobrevivir con el peso de la maldic...