"So stop time right here in the moonlight
'Cause I don't ever wanna close my eyes"Sad Song- We The Kings
No era como si estuviera haciendo algo malo. ¿Quién imaginaría que la buena Aubree se la alejó de su hogar por su propia cuenta? Bueno, no tanto así... porque llegué aquí a estudiar. Solo que la universidad que elegí esta a horas de distancia de mi hogar. De hecho, bastante lejos. O al menos eso es lo que piensan todos de allá en Boston.
Pero siempre que lo pienso no encuentro otra solución. La Universidad de Nueva York, me ofrece el bachillerato en mi carrera, tengo una beca y es una gran universidad. Muy cara, y jamás en mi vida podría haber costeado una carrera acá. ¿Así que por qué no? ¿Quizás porque vivo en otro estado? No es que tampoco se encuentre muy lejos, pero la diferencia entre ellos es de la noche a la mañana.
Suspiré y negué con mi cabeza alejando cualquier pensamiento negativo.
Mi primer día en la universidad debe de ser con nervios de felicidad, una sonrisa en mi rostro y una brisa nueva alrededor de mí. Sin embargo, ¿podría sonreír como cualquier otro estudiante de nuevo ingreso? ¿Podría formar una amistad real sin tener que huir cada vez que quiera hablara? ¿Sin que mi piel se erizara y tratara de buscar las cientos de razones por las cuales quieren hablarme, excepto por realmente hablarme?
Sentía que todos me observaban. Pero en una universidad tan grande como ésta eso era un poco patético de pensar.
Giré a la derecha de donde se suponía estuviera mi salón, sin embargo no encontraba el numero 109. Se brinca por completo cien números. Estaba casi segura de que no había buscado donde quedaba el salón 209 en el mapa esta mañana. ¿O sí? Solté un gruñido y tomé las escaleras. Lo más probables es que estuviera en la misma sección pero en el edificio de enfrente. Así que avance por el camino estudiando precavidamente a las personas.
Una de las cosas buenas que tiene la universidad es que puedes vestirte libremente. Antes tenía que usar ridículos uniformes –los de niña fueron lindos- pero los otros ni decir. La parte de arriba era negra y la parte de abajo era en cuadros marrones y blancos con líneas amarillas, negras y cremas...
—¿Piensas entrar o no? —gruñó alguien por detrás. Espera, ¿qué?
Miré detrás de mí, para encontrar al primer sujeto que he visto en toda mi no tan fantástica vida con ojos azules. Increíblemente azules, parecían dos pétalos de rosas azules de tan azules que eran. Su cabello castaño y lacio los hacían resaltar. Tenía una nariz cincelada y pómulos altos; pero no exagerados, labios carnosos y levemente bronceado de pies a cabeza. Tildé mi cabeza hacia al lado y fruncí el ceño, observé su ceño fruncirse de igual forma para luego suspirar.
—Quizás es muda, que idiota eres — lo escuché murmurar por lo bajo.
Sin esperar una palabra —por supuesto no la esperaba— pasó por mi lado y siguió caminando. Me giré a punto de decirle que obviamente hablaba, pero cerré mi boca al darme cuenta que se encuentra a la puerta del salón 109. Magnifico.
Tomé el pomo de la puerta y entré a un pequeño tipo de auditorio. Había una buena cantidad de estudiantes por lo que deduje que era una clase requisito. La verdad es que mis orientadores se encargaron de hacer mi matricula para este semestre. Y de tan ocupada que estuve no chequé mis papeles. Tomé asiento a mitad del auditorio en el último asiento a la derecha. Quería estar lo más alejada que pudiera de la vista del profesor. No me gustaba hablar en clase a menos que sea mandatorio. Abrí mi bulto —mochila, cartera o como la gente lo llame— y saqué los papeles de mi matricula.
9:00am – 10:50am
Español 3
Sra. Cáceres
3 Créditos
Bien, era profesora. La verdad es que por más que traté de hablar con el director del departamento de español, no quiso convalidarme los 3 españoles. Pero al menos, me convalidaron 2. Por lo que sería menos carga en mis estudios. Miré mi reloj y la profesora andaba 20 minutos retrasada. Pero como normalmente, espero a los treinta para irme.
Decidí esperar.
Aunque aquí puede ser diferente, por lo que veo. Antes mis amigas y yo esperábamos juntas a que los profesores llegaran. Hablando de cosas triviales, no tan triviales para ellas. Pero teniendo en cuenta que el 70% del tiempo no me interesaba de qué hablaban. Lo que siempre hacía era sentir cuando me preguntaban cosas como ¿No estás de acuerdo conmigo en qué ese chico está caliente? ¿Verdad que la clase de matemáticas apesta? ¿Verdad que nos acompañaras a la pijamada? Pero no era tan superficiales... solo diferentes.
O eso pensaba.
Finalmente la puerta se abre y el silenció inunda el salón. No levanto la cabeza y miró quien entra. Apuesto mi nuevo álbum de Bruno Mars, a que es la profesora. Ya saben, los estudiantes no dejan de hablar a menos que sea por algo realmente algo importante.
El sonido de una carpeta dura cayendo sobre una mesa lo confirmó. Una sonrisa tiró de mis labios y me dejé llevar por el ritmo que tomó la clase. Totalmente dinámica y diferente a lo que acostumbraba, dejándome un sabor dulce en los labios. A mitad de la clase la profesora nos asignó la primera tarea en el salón, solo teníamos 15 minutos. Era un papel con cincuenta selecciona, sobre diversos temas y reglas en el español. La ventaja para algunos, era que lo podían hacer en pareja. Miré a mi lado tan pronto lo escuché, sin embargo como era de esperarse todos se habían movido con alguien conocido. Seguí pasando mi mirada por el pequeño auditorio hasta encontrarme con ojos azules. Mis hojas quedaron congeladas en mi mano y casi se me olvida como respirar. Sus ojos eran increíblemente azul oscuros me miraban directamente. Abrí la boca para decir algo, pero la cerré tan pronto alguien detrás de mí en la fila de atrás saliera riéndose con sus papeles en mano directo hacia ojos azules.
Supongo que no me miraba a mí.
Me ruboricé y me encogí de hombros para mí misma, mientras veía la alta chica de tez pálida, de cabello rubio corto con mechas rojas en las puntas tomar asiento junto a ojos azules. Tenía un vestido crema de flores, sin manguillos, pegado a su cintura delgada, una cartera de flores parecida a su vestido y tacones color crema. Uhg.
Dispuse a terminar mis papeles y me di cuenta, que en realidad no necesitaba pareja. Era material más que conocido para mí, aunque obviamente había cosas que confundían como en todo. Para cuando terminé prácticamente salto de mi asiento. Error. Mientras caminé hacia la profesora, noté que fui la primera en terminar, por lo que todos tenían puestas sus miradas sobre mí.
Odiaba ser el centro de atención. Pero también me gustaba ser responsable. Apreté mis dedos hasta que mis nudillos se pusieron blancos y traté de sonreír cuando entregué mis papeles. La profesora levantó una ceja como diciendo "Hey, tú, ¿Estás segura de haber terminado o solo adivinaste como los tontos?"
La profesora me señaló la puerta y dijo—: Te puedes ir.
Mientras me dirijo a la puerta siento los ojos de mis compañeros sobre mí.
Así que huyo de ahí lo más rápido que puedo.
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Teen FictionTodos tenemos un pasado, un presente y un futuro. Hecho. ¿Pero qué pasa si no quieres alguno de ellos? Siendo Aubree Levinson me niego a pensar si quiera en mi pasado. Demasiada carga, demasiada melancolía... demasiado peligroso. Pero la verdad es...