Hablando de amores jodidos.
Él, mi pesadilla más bella, el ángel que me llevó al cielo para convertirse en demonio y bajarme al infierno después.
Tenía todo lo que yo quería, o al menos lo que creía querer. Dolió, dolió mucho. No necesité tener una relación de años para que se convirtiera en el hombre que me destrozó el corazón.
Dolió como nadie.
Lo conocí hace años y desde que le vi, sentí esa punzada, esa que sientes cuando sabes que algo va a ser increíblemente doloroso. Pero me dio igual, tenia que ser para mi, no importaba lo que costara. Al principio sentí que le gustaba, pero no era amor, simplemente atracción, sin mas.
No me importó.
No se cuanto tiempo pasamos hablando a través de una pantalla, perdí la cuenta de las noches que me transporto a las nubes con sus palabras. Pasaron meses, era su entretenimiento, su juego de móvil, al que se conectaba cuando no había nada mejor que hacer, con el que jugaba hasta dejarlo agotado, sin vidas.
No me importó.(Si que me importó)
La paciencia se me agotaba, quería verle, quería tocarle, sentir que las palabras que me escribía podían llegar a hacerse realidad. No pasó, fui fuerte lo intente,me desintoxique de él, bloquee sus mensajes y llamadas, pero me encontró de nuevo, y el juego se reanudó.
Sí me importó.
Seguía todo igual, nada había cambiado, le dí un ultimátum y conseguí que cediera. Un milagro tal vez. ¿Había merecido la pena el dolor? NO.
Nos vimos, nos besamos y reímos, la tarde perfecta o al menos lo fue para mi. Cuando terminó el día todo eran promesas, piropos y halagos. Mentiras.
SI ME IMPORTÓ.
¿Era estúpida? Definitivamente sí
¿Cómo pude enamorarme así? No tenía catorce años, me consideraba algo mas madura, ¡ja!
¿De quién era la culpa? Mía, de quién más.
¿Sería ahora una mujer fuerte? Ni de coña.