No llores Indy

Hola! soy Ariel.

Como cada mañana mi despertador suena y yo lo dejo sonar unos segundos, me gusta él sonido que emite mi despertador todos los dias. Este era el maravilloso relinchar de un caballo, él caballo de mi Tio Bernardo, hermano de papá. Él tío Berna tenía varios equinos, unos blancos como mi pensamiento durante los exámenes de Historia Universal. Otros cafés tan brillantes como un delicioso caramelo de cajeta de esa que fabrican en Celaya. y había uno que era totalmente negro, ¡bellísimo! Era mi favorito, se llama Spuffy, de él es ese maravilloso sonido que hace que me despierte con ánimos, me hace recordar la primera vez que lo monte, iba demasiado rápido. Y yo lloraba de la desesperación, hasta que frenó y yo salí casi volando. Lloré hasta que las lágrima mas dejaron de fluir de mis hinchados ojos.
Pero también recuerdo que al poco rato de aquel temeroso acontecimiento, él caballo, regreso como si estuviera arrepentido. Fue tan sorprendente como se posó frente a mi y agachó la mirada, llena de un hermoso resplandor. Relinchó como de alegría cuando acaricie su cabeza. Volví a montar, porque él abuelo decía que cúando caes de un caballo y no lo montas al poco rato, les tomas miedo.
Volví a él, y fue una experiencia totalmente única, estaba riendo, y papá quiso grabar los relinches del potro. Desde entonces, forma parte de mis mañanas. Adoro a ese caballo.

🍃

Realice los actividades matutinas. Tome una ducha rápida y me puse él uniforme. Solo pase dos veces él cepillo sobre mi cabello, y coloque un moño color vino sobre él, combinaba con él suéter de mi uniforme. Sonreí a mi reflejo como siempre, diciendo:

--- Hoy, ¡sera un grandioso día !

Bajé a la cocina y mamá estaba ahí preparando mi desayuno, ese desayuno con él amor de mamá. Había preparado panqueques con miel de maple, acompañados de un vaso enorme de leche y fruta picada, fresas con un poco de crema batida.
Mi madre es un amor de persona. Siempre alegre y respetuosa. Me hacia valorar cada momento con ella, me educó bien según mis tías y tíos, según los vecinos y yo, opino lo mismo. Es una estupenda mujer.

En cuanto terminé mi delicioso desayuno, me diriji a cepillarme los dientes, debía tener especial cuidado, ya que yo tenia brackets. Me cepillaba con cuidado y un pequeño cepillo para que no me lastimará y cupiera en lugares donde un cepillo normal, no entra.

Me despedí de mamá, y ella con su angelical voz que dijo que tomara mi lunch de la mesa. Le di un beso y salí de casa rumbo a la parada del autobús.

Mientras caminaba, cuidaba que no pisara las rayitas del pavimento. Y me divertía imaginando que escapaba de algún desastre o de algún monstruo y si pisaba las rayas, caería en un abismo. Al llegar a la patada, él bus pasaba casi inmediatamente, y subí con la misma seguridad de siempre, de que hoy, seria un estupendo día.

Dentro del autobús, estaba una señora de nos mas de 30 años, con una bolsa misteriosa que mantenía entreabierta. Brincamos un tope y la bolsa cayó, y dejó al descubierto un pequeño felino, piel manchada muy bonita. Él gatito, comenzó a avanzar y antes de poder ser atrapado por su dueña, hicimos una bajada y se fue de paso hasta la parte frontal del bus. Sus maullidos eran altos, podía pensarse qie eran de dolor. Pobre felino. Su dueña se paró por él, y lo mantuvo lo que restaba de camino a su lado y pude observar como se quedaba dormido. ¡Se veía tan tierno!
Lamentablemente, ya me tocaba bajar, había llegado a la escuela.

Entré y me dispuse a llegar al aula. Saludé a la profesora y Me coloqué en mi lugar.
Ya una vez todos en su sitio de costumbre la profesora se posó frente al grupo.
--- Queridos alumnos, hoy tendremos un nuevo integrante en él salón, y quisiera que lo acepten y le den una calurosa bienvenida.
En ese momento lo llama. Y este entra.

--- Buenos días compañeros, yo soy Ariel. Seré su nuevo compañero desde él día de hoy. Es un gusto conocerlos.

Inmediatamente se dirigió a una banca. Justo la que esta a un costado de la mia.
La clase comenzó con la materia de Biología, mientras la maestra nos ordenó leer un capitulo del libro. Ariel me dijo:

--- ¡Hola! Podría leer contigo, mi libro me lo entregran mañana.

--- Claro.

Después, la profesora termino su clase explicando acerca de las células.

Finalizó ordenando una tarea en parejas, acto al cual Ariel preguntó si podía ser conmigo, como buena compañera respondí que si.

Llevamos él resto de las clases en silencio y sin dirigirnos ni las miradas. Pero por lo menos, ahora tendría un nuevo amigo. Tal y como mamá y papá, les gusta. Que su hija socialice con personas nuevas y aprenda de cada una.