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Chanyeol apretó su lona con los dedos mientras miraba a las personas alrededor de él. Había llegado hace cinco minutos al parque en que se daban las clases de yoga y no sabía qué hacer.

Estaba incómodo, parado en una esquina mientras observaba a todos saludarse como si fuesen amigos de la vida. Un hombre un poco bajito con cabello rubio se paró en frente y les pidió dejar la manta sobre el césped.

Chanyeol maldijo a Jongdae en todos los idiomas que conocía mientras miraba a los demás obedecer al instructor.

Hace unos días, el tipo con sonrisa gatuna le reveló que Byun Baekhyun iba a clases de yoga en el parque cada fin de semana sin faltar, por lo que Chanyeol -ni corto ni perezoso-, corrió a inscribirse y gastó todo el dinero que tenía la alcancía de cerdito de su hermano, reemplazando las monedas con piedras para que no se diese cuenta. Sólo era dinero prestado que obligaría a Chen a pagar por mentiroso.

Bufó mientras envolvía su mantel. El chinito que instruía lo miró curioso al verlo parado sin hacer nada.

— Namasté, cangurillo— Murmuró— ¿Por qué no estás preparándote para la sesión?

El pelinegro sonrió con nerviosismo, poniendo ambas manos en su cintura. Reconocía al tipo frente a él, ya que trabajaba en su cafetería favorita.

Miró los ojos pequeños mientras buscaba una buena excusa en su cabeza, y antes de darse cuenta, su boca se estaba abriendo para hablar.

— Es una historia muy graciosa, Sr. Instructor. Verá, cuando salí de casa, no me di cuenta de que traía puestos estos jeans que son muy ajustados y no sé cómo voy a estirarme con ellos, así que creo que mejor me voy. Vivo muy lejos y no creo que me dé tiempo de ir y volver— Rió, jugando con su lona verde— Así que, perdone mi estupidez, pero no puedo asistir a su clase hoy.

— Pero...-

— Lasartén para usted también o como se diga, nos vem-

— ¡Lamento llegar tarde, instructor Lay!— Una dulce voz, que Chanyeol conocía muy bien, hizo que se congelara en su lugar.

Una cabellera castaña se detuvo a un lado de ellos. El gigante abrió su boca de par en par, todo su subconsciente gritando de felicidad al ver a su crush allí.

— Que no vuelva a pasar, cangurillo. Puedes tomar el lugar de este chico, ya que se marcha— Señaló al alto.

— No, no. ¿Sabe qué? Creo que me quedo— Sonrió, mirando de reojo a su compañero de escuela— Unos jeans no me van a impedir cumplir con los ejercicios, son sólo jeans— Le restó importancia, haciendo un extraño ademán con la mano.

— ¡Ese es el espíritu, cangurillo!— Al chinito se le iluminó la cara, creando un puño y levantándolo en señal de fuerza— ¡Ese es el positivismo que quiero en esta clase! ¡Vayan a formarse-!

— Puedes tomar lugar frente a mí— Interrumpió el pelinegro, mirando por primera vez a Baekhyun. Este lució sorprendido por unos segundos mientras abría y cerraba la boca.

— Cha-Chanyeol... No sabía que tomabas clases de yoga— Dijo. El alto se deleitó con el color que empezaba a crecer en sus mejillas.

Baekhyun se veía nervioso y algo perdido. No podía mirarlo fijamente y eso hacía que el corazón de Chanyeol se derritiera.

¿Por qué tenía que ser tan lindo?

— Estoy empezando a llevar una vida sana, ya sabes— Trató de lucir casual, apoyándose en el árbol junto a él— Hago ejercicio todos los días y como frutas y verduras todo el tiempo.

Yoga pants ||ChanBaek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora