II

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Baekhyun tiembla mientras termina de ponerse el pantalón de yoga que utilizaría en la clase. Se sentía tímido mientras se miraba al espejo, inspeccionando cada parte de su vestimenta y comprobando que todo estuviera en su lugar.

Nunca creyó que se arreglaría para ir a sus clases en el parque. Pero el hecho de que Chanyeol estaría allí cambiaba todo. Estaba aterrado, tenía que verse bien.

Tomó el celular de su cama y respondió el mensaje de Chen con dedos temblorosos.

«¿Estás seguro de que está allí?»

«-.- Sí, Byun. Chanyeol ya está allá, deberías apresurarte, vas tarde»

El castaño se cubrió el rostro con las manos mientras sentía que su corazón se aceleraba de repente.

Estaba aterrado.

Chanyeol, el chico guapo que le gustaba desde los 15 años. El chico más amable y alto que había conocido a los trece estaría prontamente en el mismo lugar que él.

Habían compartido escuela desde muy pequeños, sus padres eran amigos y la hermana del menor era muy cercana a Baekhyun. Sin embargo, nunca fueron tan unidos, tal vez porque decidió poner una pared entre ellos para evitar que sus sentimientos crecieran. Sin embargo, Park Chanyeol era su duende gigante y sentía que lo estaba perdiendo. El tonto pasaba rodeado de gente y ya había empezado a escuchar a las chicas hablando de él por los pasillos, como si tuviesen el derecho de mirarlo.

Y sí, BaekHyun era posesivo. Muy posesivo. Por eso, al leer el mensaje que llegó de Chen después, se levantó de su cama al instante y fue hasta su puerta listo para marcharse.

«Hay muchas chicas en el parque con lindos pantalones de franela, ¿Vas a llegar?»

Por esa razón llegó corriendo, inspeccionando el lugar con rapidez para ver si habían enemigas a la vista. No obstante, lo único que encontró fue al alto charlando con el rubio instructor.

Se veía perfecto ese día, como todo el tiempo. Esos jeans iban a ser un impedimento para hacer yoga, pero lucían tan bien en él.

No pudo respirar cuando este comenzó a hablarle. Sus mejillas se sentían calientes y sus manos sudaban. Sentía que iba a colapsar de la emoción.

ChanYeol era adorable.

Aún más cuando su cara se puso roja porque el instructor Lay lo mandó al frente a hacer los ejercicios.

Adorable.

Y aunque parecía el pequeño Bambie tratando de caminar por primera vez, tan torpe y con esas piernas largas y delgadas, para Baekhyun era la cosa más bella del lugar.

Por esa razón, decidió ayudarlo de camino a casa, sintiéndose tan tímido y emocionado a la vez porque el gigante se estaba apoyando en él a medida que avanzaban.

BaekHyun se había prometido a sí mismo no ilusionarse con él. Pero al momento en que pararon en una tienda de galletas y Chanyeol decidió invitarlo, su mente se fue a las nubes.

Mientas éste ordenaba, recibió un mensaje de su madre en el que necesitaba ayuda para revivir su cactus. BaekHyun rodó los ojos, apretando los puños con frustración.

No quería dejar a Chanyeol en lo que había autodenominado en su cabeza como su cita. Así que si tal vez se apresurara comiendo las galletas...

«T necesito yaaaaaaa, hijo xd»

Bufó un poco y vio que el alto puso sus galletas frente a él. Esto tendría que acabar antes de lo que quería.

Y sí, se demoró un poco al llegar a casa ese día. Pero la sonrisa que tenía era incomparable. Ayudó a su madre a salvar al señor pullozo y subió a su habitación.

Chanyeol y él...

Se tocó los labios, sintiéndolos hormiguear aún. Tal vez no debió besar de más al alto esa tarde, pero no pudo resistirse. Esos labios rellenos estaban gritando que los probara y ese sabor mentolado le encantó.

Tomó su teléfono y gritó internamente mientras tecleaba.

«Jongdae, te amo»

«Hola, Chan. ¿Aún te duele?»

La respuesta llegó al instante.

«Sí, pero estoy listo para nuestra cita mañana»

«No te presiones, podemos dejarla para otro día cuando estés mejor»

«No, >.<
Eso sería mucho tiempo y debo decirte muchas cosas»

«Nos vemos en la escuela todos los días xD»

«¿Puedo llamarte? Quiero hablarte»

Se habían visto hace unos minutos y no se dijeron mucho, por eso aceptó la llamada y duró toda la noche charlando con su gigante. No le importó las ojeras que tendría al día siguiente, valía la pena quedarse con ese orejón hasta tarde.

Yoga pants ||ChanBaek||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora