–Maldita sea, Seokjin, ¿Siempre entras a la casa de las personas sin permiso?– Jimin estaba enojado, y mucho. Nadie sabía de ese póster ni mucho menos que pesar de jamás haberse enamorado y ser asexual, Jimin estaba obsesionado con un actor coreano.

–Respeto, Park. Sé que eres bastante malhumorado pero al menos que creer que respetabas a tus mayores, sean o no más inteligentes que tu.– La falta de respeto era algo que a Jin le molestaba mucho. Lo único bueno que había pasado es que Jimin ahora no tenía escapatoria.

–Acepto–

–Mira que no fue tan difícil, te veré mañana en el hospital Asan a las 8 en punto. Como llegues un minuto tarde te obligaré a colaborar y no te daré nada a cambio.– La voz burlesca pero animada de Jin se había tornado fría y escalofriante.

–Pero, con una condición...– El menor tenía que aceptar a cambio de que su pequeño crush no saliera a la luz. Ser un fanboy en Corea era raro, pero dar la impresión de ser gay lo era más. Un pequeño error le iba a costar bastante.

–De acuerdo, no le diré a nadie lo que vi y lo que eres. Podría ganar un poco de dinero si vendo todo esto pero no soy así.– Jin, sin más preámbulos, accedió a lo que ya sabía que pasaría y dio media vuelta. Dando pasos lentos salió de la habitación y se dirigió a la salida.

Dejando a Jimin con las palabras en la boca, Jin salió de la casa satisfecho. Había logrado su propósito como siempre. Ahora, sólo quedaba esperar hasta mañana y probar si el genio tan famoso era en verdad lo que muchos creían.


A la mañana siguiente

Eran las 7:45 de la mañana, por primera vez, Jimin iba puntual a una cita. Normalmente llevaba unos veinte o treinta minutos tarde, pero esta vez, se sintió intimidado por Seokjin. Ya listo para salir, con el café en la mano y un pequeño gorro negro a juego con sus lentes, el chico se dispuso a llegar al hospital.

El hospital Asan no quedaba muy lejos, de hecho, se hacían unos veinte minutos caminando, pero eso en esta situación era mucho. La puntualidad se veía como algo fundamental para Jin y Jimin no quería causar una mala impresión a sus nuevos compañeros de trabajo. Jimin se decidió por tomar el metro, aunque nunca lo había usado. Llegó a la estación apresurado pues no le quedaba mucho tiempo. Al momento de comprar los boletos, Jimin no supo ni que ruta usar puesto a que rara vez salía de su casa y no conocía las calles, nunca se había interesado en aprendérselas.

El intento de usar transporte público fue en vano, eran ya las 8:00 y todavía no estaba cerca de su destino. Jimin preguntó a varias personas que se encontró en el camino por direcciones, muchas fueron gentiles y le señalaron una calle. Con toda la ayuda, el pelinaranja se perdió. Estuvo por unos veinte minutos caminando si rumbo, buscando el dichoso hospital más grande de Seúl.

Tras media hora de correr a prisa, Jimin encontró finalmente el establecimiento. Abrió las grandes puertas cansado y exhaustivo pues había corrido hasta ahí. Frente a la recepción, estaba Seokjin, mirándolo con furia y descontento pues eran las 8:32.

–Llegas 32 minutos tarde. ¿Sabes lo necesaria que es la puntualidad?– Jin regañaba con empeño a Jimin quien todavía batallaba con recuperar el aliento.

–Lo sé. En este caso no era tan necesaria puesto que no hay ningún paciente a punto de morir, estamos en un departamento de psiquiatría. Fuese neuropsiquiatría y ahí sí estaría preocupado por haber llegado tarde.– A pesar de los esfuerzos fallidos por llegar a la hora, Jimin hablaba con indiferencia, como si en realidad no le importara mucho el haber decepcionado al mayor.

–Si fuese un caso de medicina no psiquiátrica y el paciente hubiese recibido un balazo en el abdomen, tienes menos de veinte minutos para salvarle la vida. Hace doce minutos que hubiera muerto por tu culpa e impuntualidad. Obviamente tu le dirías las noticias a la familia. Puedes parecer de roca, pero por más que trates de esconderlos, tienes sentimientos, Park.– Jin estaba molesto, y mucho. Tuvo que aceptarlo pues era la única alternativa.– Sígueme–

Seokjin comenzó a adentrarse en el edificio, Jimin le siguió instantáneamente sin decir una palabra. El trabajo arquitectónico era bello y el hospital era muy grande. Se podían observar consultorios, doctores corriendo de un lado a otro y uno que otro paciente deambulando fuera de las áreas de convivencia. Jimin miraba a su alrededor asombrado, había tanta gente, tantos casos, tantas distracciones.

Muchas de las cosas que Park hacía eran por mero aburrimiento, pocas eran las cosas que en verdad disfrutaba. Siempre estaba buscando desesperadamente algo que lo distrajera de los pensamientos que a veces trataban de consumirlo por completo.

Entre pasillo y pasillo podía ver que había gran variedad de enfermedades y síndromes fascinantes pero en realidad nada captó su atención tanto como ese chico que vio a lo lejos de uno de los pabellones. Su cabello resaltaba de entre los demás pues era color verde menta. Su piel era increíblemente blanca como si fuera hijo de la luna, estas dos características se contrastaban y le hacían lucir bello en verdad. Jimin cesó el pasó y su mirada quedó prendada al chico que caminaba distraído. Jin dio solo unos pocos pasos más y se detuvo de igual modo.

–¿No llevamos ni 15 minutos en el hospital y ya te enamoraste de alguien? Cabe mencionar que va contra las reglas tener una relación fuera de lo profesional con cualquier paciente. Lo siento Park, debes buscar novio en otra parte.– Una vez más Seokjin se burlaba de su subordinado.

–¡No me enamoré! Solo me preguntaba ¿Cómo es que tiene el pelo pintado si se supone que está internado? También me gustaría saber quien es, solo por curiosidad...– Esto último fue dicho en un tono más bajo pues Jimin no estaba seguro de que fuese lo correcto de decir.

–Me he preguntado eso mismo yo también. De todos modos harían linda pareja siendo que ambos tienen el cabello pintado, tu de naranja y él de verde; se ve bien. Sobre ese paciente, no se nada, solo sé que es uno de los casos más graves del hospital, no se muy bien que tiene, tampoco sé su su nombre pues he escuchado que le llaman de muchas maneras; es por eso que no estoy muy seguro de como se llama en realidad. Para saber eso tendrías que preguntarle a él o a su doctor; pero creo que eso no está permitido pues no es de los dos pabellones de los que estoy o estás encargado.–

–No importa, sigamos.– Añadió Jimin tratando de no sonar desconcertado. "En verdad haríamos linda pareja. No, no pienses en eso" se dijo a si mismo.

Caminaron durante un rato más, habían subido ya varios pisos y caminad por infinidad de pasillos. Jimin no tenía idea de a donde se dirigían ni cuanto se supone que faltaba. fue hasta que Jin empezó a fijarse en los números de las habitaciones que Jimin supo que se estaban acercando. Sus músculos se tensaron y el nerviosismo le invadió sin previo aviso. Jimin se sentía intrigado por lo que le esperaba, había sido buena idea acceder al trato o al menos tendría un buen pasatiempo por unos meses.

–Llegamos, habitación 819. Espero que hayas tomado nota del camino pues mañana no te estaré esperando en la entrada y tendrás que llegar por tu cuenta. Ahora sí, detrás de esta puerta se encuentra lo que será tu mayor preocupación y prioridad de ahora en adelante.– Jin trató de sonar misterioso pero solo logró esbozar una sonrisa y soltar una carcajada ahogada.

–¿819? Estoy listo–

Stupid Genius [YM & VM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora