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Eran ya las 9:15 de la mañana, un sábado gélido como los que se acostumbraban a sentir en Corea. Jimin dormía plácidamente entre las desordenadas sábanas de su cama, solo, como siempre. Cada cierto tiempo se retorcía y empujaba las cobijas de lado, soñando con su pasado y como había llegado a la soledad en la que estaba.

El timbre del apartamento sonó repentinamente, despertando de golpe a Jimin quien lentamente abrió los ojos y frunció el ceño en muestra de molesta hacia quien sea que haya tocado la puerta. Buscó entre el desorden su habitación un reloj que le indicara la hora. Sabía que ya era tarde y que hace una hora debió de haber llegado a la universidad para atender a una conferencia sobre el tratamiento de varias enfermedades.

A paso lento, el chico caminó hacia la puerta, preguntándose quien se dignaba a despertarlo a esas horas tan "tempranas".

–Buenos días, soy Kim Seokjin, médico psiquiatra del hospital Asan. Vengo a hablar con Park Jimin.– En el umbral de la puerta había un joven alto y esbelto, de unos veintiséis años cuando mucho. Sonreía ampliamente como si en verdad quisiera estar ahí.

–¿Kim Seokjin? ¿Qué quiere?– El más joven no apreciaba las visitas en lo mas mínimo. No conocía a ese hombre y no encontraba una razón por la que un médico del hospital más grande de Corea viniera a buscarlo.

–Park Jimin, vengo a hablar contigo consternando asuntos del hospital. Muchos doctores hablan de ti y de tus capacidades extraordinarias en esta área de la medicina. Tenemos un paciente en estado crítico que nos gustará que examinases. No esperamos que lo cures pues todavía eres pequeño y no tienes experiencia.–

–¿Quieren que cure a un paciente crítico a mi corta edad? ¿Qué acaso se les acabaron los doctores y solo les quedo como opción? Gracias pero no creo ser de ayuda. Estoy ocupado con la universidad y otras cosas, de hecho voy tarde a una conferencia. Siento haber malgastado su tiempo.– Jimin estaba por cerrar la puerta cuando la mirada fría del médico lo inmovilizó. Era desesperante la insistencia de Jin.

–Vamos Park, no te hagas el responsable pues yo mismo di esa conferencia. Conozco bien tu caso y a pesar de tu gran intelecto no eres más que un niño sabelotodo que se cree el rey de mundo.– La voz de Seokjin era amenazante, no se iría sin tener a Park Jimin de su lado.

Jimin al parecer no tenía escusa para rehusarse. Seokjin venía preparado y se notaba en la manera que actuaba que no se rendiría si lo rechazaba.

–¿Y qué gano yo con ir y examinar a un paciente? No creíste que aceptaría así como así sin una razón buena para ir contigo, ¿O si?– Si Jimin iba a ir con Jin, tenía que sacar todo el provecho que quisiera, tal vez gane un poco de dinero.

–Sabía que lo preguntarías. Si logras que el paciente se recupera notablemente o logras al menos controlar los síntomas podrás graduarte en cuanto esto pase. Si deseas  otro tipo de recompensa, el hospital esta dispuesto a pagar grandes sumas de dinero si eso es lo que tienes en mente.– Solo eso fue necesario para que los ojos del menor se iluminaran, la idea de recortar aún más su estancia en la universidad era lo único que lo motivaba.

–Lo pensaré.– Dicho esto, Jimin dio media vuelta y se adentró a su casa sin decir una sola palabra. Desapareció en la oscuridad dejando la puerta abierta sin ningún cuidado. Un comportamiento verdaderamente extraño.

Pasaron pocos minutos y Jimin no regresaba. Jin seguía en la puerta, impaciente por una respuesta. Seokjin no quería seguir esperando en la puerta, pero tampoco quería irse. La puerta estaba abierta y su mente le gritaba porque entrara. Sabía que estaba mal, pero aún así lo iba a hacer. Si encontraba algo interesante probablemente lo iba a poder usar en la contra de Jimin y así obligarlo a venir con él.

Con un poco de inseguridad, Jin entró a la casa con la esperanza de no ser descubierto. Buscó por todo el lugar, debía de haber algo extraño. El mayor genio de Corea no podía simplemente vivir como persona normal. Todo estaba inusualmente oscuro, tal vez era porque Jimin recién había despertado. Una vez recorrido todo el departamento, el chico no encontró nada y se dispuso a salir del establecimiento. Cuando se dio cuenta de que no había una habitación en la que Park pudiese dormir que no fuera la sala.

Definitivamente debía haber una, y ahí, debía estar lo que buscaba. Entre todo el desorden que adornaba la casa, se encontraba una pequeña puerta, cubierta por una cortina del mismo color que la pared. Ahí debía estar la habitación de Jimin. en completo silencio, Seokjin movió la cortina y abrió lentamente la puerta tratando de hacer el menor ruido posible.

Entonces, escuchó un leve susurro proviniendo de un lugar no muy lejano. El murmullo no cesaba así que lo siguió. Lo que encontró fue exactamente lo que quería y esperaba encontrar. Era una vista bastante extraña, Jimin se encontraba tendido en la cama con la mirada fijada en el techo mientras su boca articulaba palabras inaudibles. Jin subió su mirada al techo y así descubrir lo que el menor admiraba con tanto esmero.

El chico no puedo evitar soltar una fuerte carcajada haciendo evidente su presencia. Había una lona de al menos 1.60 m cuadrados pegada en el techo del cuarto con la imagen del famoso actor e idol Park Hyung Sik. Jimin trató de esconder su rostro sonrojado para luego empujar a SeokJin fuera del lugar.

–¿Así que él es tu "crush"? no sabía que eres gay, Park.– Jin hablaba con tono burlón, había descubierto un vergonzoso secreto de un genio y ahora lo usaría en su contra.

Stupid Genius [YM & VM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora