Shuu salió de su habitación y camino a las escaleras, bajo y se recostó en el sofá, se colocó sus tan queridos auriculares, cerró los ojos y se dejó llevar por la música. Pero no duro mucho, ya que un fuerte ruido, proveniente de la cocina lo saco de su maravilloso mundo, alzo la vista y vio a Yui y Subaru, al parecer ella no dejaba que el bebiera su sangre.
-¡No quiero! ¡También siento! ¡No soy un juguete!-Grito la rubia. Shuu sonrió divertido, esa chica sí que tenía valor.
-¿¡Que has dicho, estúpida!?-Grito Subaru con enojo.
Shuu se levantó del pequeño sofá. Subaru lo miro con asombro, no sabía que él estuviese allí. Yui rápidamente, sin que Subaru la viera, corrió al lado de Shuu.
-¿Qué crees que haces?-Pregunto Shuu en voz baja-
-Me da miedo que me dejes sola con Subaru, no se de lo que es capaz…-Dijo la muchacha-¿Podría ir contigo?-Pregunto-
-Ya que…-Dijo el rubio soltando un suspiro-
Los dos salieron al patio, Yui platicaba con el alegremente, pero Shuu no le prestaba la más mínima atención. Se sentaron en una banca y comenzaron a hablar, esta vez le prestaba atención. Yui era más agradable de lo que él había pensado.
-Bitch-chan~ Por fin te encuentro~-Dijo de repente Raito, apareciendo de la nada-No sabes cua~nto te busque~-Dijo con una gran sonrisa, tomo a la rubia del brazo y la jalo a su lado-Disculpa que te la quiete, Shuu-kun~-Dijo para el rubio, el solo asintió-
Raito entro a la mansión con Yui y Shuu se quedó solo, dio un largo suspiro y se levantó de la fría banca. Camino entre los rosales y tomo una rosa blanca entre sus manos. Accidentalmente se lastimo con una espina, provocando que algunos pétalos de la hermosa flor se mancharan de sangre. Shuu se maldijo por lo bajo.
Por una extraña razón comenzó a caminar al bosque, aun con la rosa en sus manos. Shuu camino un buen rato, hasta quedar paralizado viendo una parte en especial, en su mirada se reflejaba la tristeza. Camino a aquella parte y se sentó en el suelo, era donde había visto a su pequeña amiga ¿Dónde estará ella ahora? Se preguntó Shuu.
De repente un sonido de ramas crujiendo se escuchó, Shuu alzo la vista y se encontró con un par de ojos azules. Abrió los ojos como platos, se parecía tanto a Aily. La chica sonrió abiertamente y se lanzó contra Shuu, quedando ella arriba de él.
-¡Galleta! ¡No sabes cuánto te busque!-Grito con entusiasmo la chica.
-¡No me llames así! A parte ¿Quién eres?-Dijo el rubio molesto-
-¿En serio? ¡Soy yo, Aily!-Dijo la chica en tono triste. Shuu quedo en shock.
-¿C-Como es que…?-Dijo Shuu tartamudeando. La chica volvió a sonreír, el noto un par de colmillos-¿E-Eres…?-Dijo apuntando sus colmillos-
-¡Así es!-Dijo orgullosa-
-¿Cómo te…?-Pregunto sorprendido-
-¡Eso es lo de menos!-Dijo alegre-¡Lo que importa ahora es que te encontré!-Dijo dándole un fuerte abrazo, Shuu se sonrojo-
-Ah…sí, claro…-Dijo apenado el rubio-
-Entonces… ¿Ahora si me presentaras a tus hermanos?-Pregunto la peli-negra infantilmente.
-¿Qué? ¿Mis hermanos?-Pregunto Shuu confundido.
-¡Sí! Jamás quisiste presentármelos-Dijo mientras fingía indignación-
Shuu suspiro, movió a Aily a un lado, se levantó del suelo y la tomo del brazo. No sabía si estaría bien presentársela a sus hermanos, tal vez ellos pensarían mal.
