Prólogo

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La última vez que vi a carter me hubiera gustado que hubiera sido diferente, pero claro que no lo sabia, era una de las noches más heladas de la ciudad y yo había salido con una blusa de tirantes que hacía que mis labios se pusieran helados, cuando vi a carter debajo del puente recuerdo que todos mis sentidos querían huir él pero mis pies seguían avanzando.

— Nataline necesito que me escuches— no quería escuchar nada, estaba dolida.

— no quiero que digas nada, sólo vete a casa— otra vez había caído en su engaño desde el momento en que miré sus ojos verdes, porque si, dejé que sus labios se envolvieran con los míos una vez más haciendo que el frío se borrara de mi mente.

— mírame a los ojos y dime que no me amas.

Amor, estaba consciente de la magnitud de la palabra y también sabía que él estaba en lo correcto, eso era lo que sentía por él, yo lo amaba pero era justamente por esa razón que le mentí.

— no te amo, no más— su rostro se quebró, decidí irme antes de que rompiera en llanto y decirle que mentía, porque lo amaba más que a mi misma, pero ya no podía seguir así con él, asintió despacio y se marchó sin ver atrás, yo tampoco lo hice y me arrepiento.

La mañana siguiente estaba dispuesta a disculparme, no había podido dormir toda la noche pensando en él y razonando sobre las oportunidades, sabía que lo amaba y no lo perdería, no quería alejarme de él. Llegué a la escuela tan temprano que aún estaba cerrada así que tuve que esperar en la entrada, pero nunca llegó.

¿Dónde está carter? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora