A veces me siento egoísta, madre. Muchos me dicen que fuiste (y no cabe dudas) una guerrera, que luchó hasta el último aliento por su vida, por su todo.
Admiro eso de ti, indudablemente.
Pero, madre, he de confesar, que pienso que tú tenías una razón por la que luchabas y, éramos nosotros, tus hijos.
Hoy he leído, que esa lucha sería en vano por mis faltas de vivir. ¿Es así? No lo creo.
Estuviste todo el tiempo que pudiste a mi lado, aconsejándome hasta donde la vida te dio. Regalándome amor hasta donde fuiste capaz.
Pero yo no tengo una razón por la cual seguir me he quedado como un cascarón vacío. Mis sueños se ven grises, opacos y sin sentido.
Sólo pido tener una oportunidad para vivir.
9 de julio 2017
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Cartas a mi Madre
PoesíaAlgunos poemas y cartas dirigidos a la persona que me dio la vida.