Seamos sinceras y sinceros, aún creemos en el amor. En las miradas entrecruzadas en el salón, en las "mariposas en el estómago", en las novelas, en las películas del cine, en la primera cita y el primer beso.
A vista y conciencia de todos he decidido creerlo, me he tragado con dificultad cada página hecha de rosas, he llorado una y otra vez buscándole, lo he deseado con todo mi corazón y he pedido el deseo a más de un anisóptero que consideré mágico. Lo esperé, me vestí de paciencia y encomendé mi destino a alguna galaxia lejana. Moldeé con paciencia una preciosa vasija de moralidad, limpié el hogar para que le fuera grato, esperando poder decirle alguna vez:
-Mira, ¿Lo ves? Hice fuego para ti, eres bienvenida, es mi lugar, mi casa, mi corazón, la parte más cálida y frágil de mi. Jamás me verás tan desprovisto y tan ingenuo. Todo está preparado, de manera cuidadosa y amorosa para ti... solo para ti.
Digo, ¿Así es como funciona no? De esta manera debe suceder... he sido bueno, he correspondido a las ordenanzas moralistas universales. Ningún dios me castigaría por mis actos... nadie ¿verdad?
No pensé, jamás pensé... que muchas veces los dioses se visten de hombres y moldean nuestro destino. Eso es peligroso mis amigas y amigos pues si revestimos a un perro de dios probablemente lo primero que haga sea perseguir su cola de manera, "divina". Sin embargo, ¿Y si lo hacemos con un ser humano?...
-¡Vamos!, es solo un juego, algo entretenido, algo entre tú y yo.
-¡Hola! Tiempo sin verte, ¿te parece que salgamos un rato?
-¿No dirás esas cosas feas verdad? No le agradarían a nadie.
-¿Ves lo que provocas? ¡Él es un buen hombre!
...
La mirada perdida en el cielo, los ojos claros ya se han ido, la casa se incendió y no he podido rescatar la vasija. Ayúdame a respirar, a construir de nuevo, a creer otra vez.
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Seamos inocentes
RandomEs un compendio, no tiene porque leerse en forma ordenada, se constituye de pensamientos, recuerdos, lo que venga en mente. Sin tantos adornos líricos, de manera estúpida e inocente.