Gracias, hermana, ahora me has dejado como un bobo.
¿Yo te deje cómo un bobo? O más bien estas como un bobo por una de esas chicas de las cuales no te decides.
Si me he decidido.
A ver, dime ¿cuál es la que te gusta?
No te diré.
No me dirás porque te gustan las dos.
Que no me gustan las dos. Solo una y ya deja de presionarme.
Ay, hermanito, como será que no te creo.
Bueno, no me crea pero te digo la verdad.
Dime una sola razón para no decirme quién es la que te gusta.
La gran razón de peso es que si te digo le vas a decir de una u otra manera y no voy a poder ser yo el que logre conquistarla porque tú ya le habrás metido algo en la cabeza.
Igual, lo averiguaré y no te dejaré en paz hasta que me digas el nombre de la afortunada y futura cuñada.