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Victoria ahora tiene dieciocho años y su cuarto está lleno de bosquejos del hombre que vio en su adolescencia. Estaba lleno de cartas de amor que ella había escrito para él e incluso algún muñeco de trapo inspirado en el bárbaro.
Sus padres a veces se asustaban de que su hermosa hija estuviese tan apegada a alguien del cuál sospechaban de si era real o fruto de la imaginación de la chica.
-Cómo siempre dibujando, no señorita?
-Sí
-No me diga más, es ese hombre moreno que espera que venga un día de estos, verdad princesa?
-Quién iba a ser si no? Era tan alto, tan apuesto. Un día volverá, estoy segura
La criada sentía una gran pena en su pecho, tan grande que le dijo a su princesa la verdad
-Sus padres van a venir hoy a su cuarto, le van a quitar todo lo que tenga la imagen de ese señorito y lo van a arrojar al fuego
Victoria soltó su lápiz de golpe, no podía creer que todo lo que había trabajado todos esos años se lo fueran a arrebatar de un plumazo.
-No, no te creo, debes estar de broma.
-Señorita, podría fijarse es otros hombres, hay nobles en la ciudad muy~
-No me interesan!! No lo entiendes?! Solo le necesito a él! Si el mundo se destruyese y él estuviese aquí, conmigo, yo podría vivir. En cambio, si todo se quedara y él muriera yo fallecería.
-Pero querida....
Alguien con bolsas entra al cuarto
-Qué ocurre, Ann?
-Señor, la señorita no se ha tomado muy bien lo de quemar todo y...
-Sal de aquí anda, limpia la sala central.
-Sí, señor
La criada se fue y se quedaron padre e hija mirándose
-Cariño, entiende que ese hombre nunca ha existido, antes amabas tus vestidos, pasabas más tiempo con la gente y ahora nada de eso lo haces.
-Me siguen gustando los vestidos. Ya no hablo con la gente porque solo son unos interesados que buscan chismes para llenar su vidas vacías padre.
-Eso queda todo muy bien dicho pero eres la futura heredera del reino, no puedes permitirte cada vez que no tienes nada que hacer meterte en ensoñaciones con hombres que no existen
-Existe, existe padre.
-No!! No existe, nunca me los has presentado, solo son las fantasías de una chiquilla que ha perdido su juventud creyendo en algo irracional e imposible.
-Eso se llama amor padre
-Estoy harto
Se puso a coger papeles y papeles y a llevárselos fuera del cuarto. Victoria sabía que daba igual oponer resistencia
-Padre, si usted me arrebata todo esto, dejará de ser mi padre.
-Eso es algo imposible, mi niña.
-No lo entiende.
-Claro, claro.
Al final él lo quemó todo, los dibujos, las cartas, todo. Ella se sentó sobre su cama en inspiró y espiró. Su mundo se había desvanecido, se tumbó sobre la cama sin dormir de verdad. Una lágrima, dos, tres...
Por qué no lo entienden?
El fuego que sentimos ese día, la atracción y el deseo de algo más que palabras.
Por qué le necesito tanto si él me abandonó a mi suerte?
-Cuándo volverás, ladrón de rosas?
Lo que ella no vio fue que, como hace años, un hombre estaba caminando por el jardín, solo, esperando algo que no debía esperar.
Victoria se durmió.

Búscame por las flores!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora