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-Tú -apunta ella
Victoria sentía como sus ojos se humedecían. Tantos años de espera para verlo... sentir su presencia cerca era la mayor satisfacción que había tenido en años pero ella no se iba a conformar solamente con eso...
Aún con la capa del hombre en su mano se atrevió a preguntar
-Cómo te llamas?
-No le debe importar señorita
El hombre hace un amago para soltarse e irse pero ella agarra la capa con más fuerza, derramando lágrimas desesperadas
-Sabes cuánto he esperado este momento? Sabes lo qué he sufrido por ti?
-No la conozco de nada señorita
-Mentiroso
Victoria ahora solo sentía furia, él en cambio sentía que algo atenazaba su cuerpo. Algo invisible, la tristeza, ese sentimiento que creía que nunca iba a volver a sentir.
-Déjeme ir señorita
-Dijiste que volverías, que vendrías a verme!! Me mentiste y yo seguí esperando, rezando para que no te hubiese pasado nada.
Cuando ella ya se daba por tonta y pensaba que se había equivocado de persona se dispuso a soltarle la capa pero entonces él, con un hilo de voz, la iluminó como nunca nadie lo había hecho.
Con esa palabra demostraba que la conocía
-Lady Victory...
-Prefiero Victoria a secas, caballero
Victoria le observaba, y él a ella. Sus rostros se acercaban más y más
-Tu nombre era...?
-No debería decíroslo
-Dilo
-Me llamo Mark
-No me suena, Mark
Ella sonríe y asiente, le parecía un nombre hermoso y noble. Mark se dio cuenta de lo débil que era a esa sonrisa y toma su rostro con su gran mano
-Llevo tanto tiempo en las sombras Victoria... tanto tiempo observándola, deshojando flores a la espera de verla algún día día de nuevo...
-Yo tenía tanto bocetos tuyos, tantas imágenes de un hombre de negro con capa... tenía cartas para ti, frases, sentimientos... todo para ti...
Se miraban encandilados, sin alejarse ni retroceder. La pasión del uno por el otro era ardiente. Se acercan más
-No deberíamos, señorita Victoria. Esto es un error, los errores se pagan luego
-No te preocupes, como pecado, rezaré para que lo perdonen y si hay que pagar, que sea así, total, soy rica
Sueltan una pequeña carcajada. Ahora Victoria tiene sus brazos colgados al cuello de Mark y él la tiene sujetada por la cintura.
Sus labios se tocan, se rozan y esa simple caricia hace que ambos tiemblen, como si estuviesen hecho el uno para el otro.
Pero Mark no puede cometer el tabú de tener un romance con alguien de otra dimensión
Pero Victoria no puede enlazarse con un caballero que no sea de la nobleza.
"Destinados a juntarnos, obligados a separarnos" piensan ambos cuando terminan su dulce beso. Se dan cuenta de que lo demás no importa. Solo tienen que fijarse en los ojos del otro para sentirse en casa. Sonríen y se vuelven a besar con menos timidez.

Búscame por las flores!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora