Capitulo 3

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"Algunas veces se quedaba mirando la ventana, pensando en momentos que parecían lejanos, borrosos como un álbum de fotos antiguo, podía verla en todas partes lo cual era algo ñoño para aquellos que no estaban enamorados, la realidad estaba presente y en su mente estaba ella, una guerra entre la cruel realidad y el corazón enamoradizo, pero desafortunadamente el destino o uno mismo tenemos que hacer sacrificios para poder proteger a lo que más queremos" 

Al otro día Percival se presentó como era costumbre de cada día desde que estaba en MACUSA pero está vez era diferente para todos y ese momento iba a cambiar la vida de Percival y de Adele... para siempre.

Mientras estaba en su despacho, pensando en Adele y en la noche de ayer que le pareció mágico como todas las demás noches que tenían, Frank entró como un torbellino, azoto la puerta ruidosamente lo cual provocó que Percival se sobresaltara  y lo mirara enfadado. Frank sintió como se encogía mientras lo miraba con frialdad y como se levantaba. 

-¿Así es como pides permiso para entrar, Frank? - pregunto con voz ronca y la mirada fija en él.

-Perdón se... señor Graves... per...pero... - empezó a tartamudear, cosa que hacía cuando sucedía realmente malo, Percival frunció el ceño con impaciencia.

-¿Que ocurre? - dijo mientras se levantaba, esperando lo peor.

-Señor Graves, ayer... cua... cuando estaba con... con Adele ¿No noto algo extraño?

-No que yo me haya fijado - dijo demasiado preocupado pero en eso volvió a tomar la voz de mando - Déjate de rodeos y dime que sucede.

-Señor Graves - dijo asustado - Grin... Grindelwald... Grindelwald ha comenzado, esta mañana... ha habido un ataque cerca... cerca de MACUSA.

Percival Graves abrió la boca por unos segundos para luego cerrarla, era imposible lo que estaba diciendo Frank, si él había caminado esta mañana y nada anormal, llegó y nadie dijo nada ¿Como era posible que Grindelwald ataca y nadie lo supiese?

-Y si ataco ¿Como es que nadie me ha informado?

-Porque... Porque... Porque esta mañana un auror llego después de que usted llegara para decirnos eso, hace como quince minutos.

-Tengo que ir inmediatamente a ver eso. - dijo tomando su abrigo y corriendo hacía donde Frank le decía que le siguiera, su corazón latía con tanta fuerza que pensó que si hubiera un silencio total los latidos de su corazón se oirían.


El incidente ocurrió cerca de un banco que estaba cerca del edificio Woolworth, demasiado cerca para que algún trabajador de MACUSA o algún muggle lo supiese, Percival llego rápidamente al hecho y lo que vio lo dejo boquiabierto:

En la carretera que dividía el banco y la otra calle de enfrente estaba una gran apertura como si hubiera temblado, escombros había a los alrededores, medía aproximadamente diez metros de largo y 60 centímetros de ancho, lo curioso es que salía de la apertura  humo de color verde oscuro mezclado con gris claro, un olor a azufre era imponente en el aire. Percival hizo que los muggles curiosos se alejaran rápidamente con la ayuda de los demás aurores que lo habían acompañado, entre ellos estaba Ebrain, con su mirada perdida ante la escena que veía, se acercó lentamente a Graves.

-¿Ahora piensa que no hay necesidad de seguridad máxima ni de traer más aurores a New York, señor  Percival Graves? - pregunto con un tono sarcástico.

-No lo entiendo - dijo fingiendo no haber oído el comentario de Ebrain - El hechizo es muy poderoso - dijo mientras recuperaba su postura -  además creo haber recordado que usted estaba encargado de la seguridad de esta zona principal señor Sullivan. - dijo fulminándolo con la mirada.

El amor secreto de Percival GravesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora