Capítulo 6

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Fiesta. Esa pobre e inútil excusa para emborracharse y meterse mano. Perfecto.

Estamos todos en el nuevo apartamento de Derek. Reunión de la manada.

-Bien, ahora que hemos terminado.- Lydia se apoya en la mesa italiana de los Hale.- Hoy hay una súper fiesta en mi casa, ¿quién se apunta? Aparte de Scott, Kira, Malia y Stiles, claro.- Nos señala.- Seguro que por fin conoces a alguien.- Se gira a mirarme.

-Seguro que sí.- Prosigue Derek martilleándome con los ojos.

-Será divertido.- Dicen las chicas.

-¿Y vosotros? ¿Vendréis?- El Alfa y Peter intercambian miradas.

-Posiblemente.- Contestan al unísono.

-Fantástico.- Lydia aplaude una sola vez y se acerca a mí.- Te recojo a las cuatro. Vamos al centro comercial, compras ropa, volvemos a tu casa, te duchas, te vistes y vienes a la mía a ayudarme a prepararlo todo.- El tatuaje improvisado que Derek me hizo en nuestro primer encuentro sexual me escuece.- No aceptó un "no" por respuesta.

Abandonan la estancia y corro hacia la única pelirroja de la sala. Lo que me hace falta es encararlo ahora.

-Ponte esto.- Me dijo.

-¿Eso?- Lo cogí y me desvestí de espaldas a ella.- ¿Y bien?

Suspiró, torció la boca y me dijo:

-Deberías vestir así siempre. Pero no, tú prefieres tus camisetas y sudaderas anchas.- Las buscó en mi cómoda dándose la vuelta.

-¿Qué tienen de malo?

-Umm, ¿no son un poco grandes para ti?- En una mano sostenía una camiseta negra y en la otra una marrón.

A mi mente la asaltaron las imágenes de unas noches atrás: me enrollé la tela más oscura alrededor de mi pene y comencé a masturbarme con ella. Me acerqué la otra a la nariz e inhalé el aroma único de Derek. Olía a pasión, calma e ira. Quizás a eso no, pero era lo que despertaba en mí. Olía jodidamente bien.

Sacudí la cabeza intentando olvidar aquel recuerdo. No era el momento.

-Sí, las compró mi padre. No sé qué estaba pensando en ese momento.- Reí, nervioso. Se las arrebaté y las guardé en el fondo del cajón.- ¿Nos vamos?

Cogió sus cosas y nos marchamos con rapidez.

Mientras preparamos los aperitivos Lydia me interrogó:

-¿Estás saliendo con Derek?

-¿Qué? ¡No!- Intenté sonar ofendido pero mi voz salió más aguda de lo normal.

-Entonces, ¿solo os acostáis?- Siguió clavando fruta en un palo fino de plástico color rosa. "¿Cómo puede preguntarme eso con tanta tranquilidad?

-¿Por qué crees que hay algo entre nosotros?

-Por favor.- Se hizo la ofendida.- He visto como os devoráis con la mirada. Es como si fuerais a follar encima de la mesa sin importar que estemos delante.

Me quedé callado intentando asimilar sus palabras. "¿Es lo que aparentamos? Es decir, yo sí, pero ¿él?" Pensé. "Oh no, lo que pasa por las noches es solo un sueño. ¡Pues claro idiota! ¡Él se acuesta contigo! También te desea." Mi cerebro defendió mi orgullo ante el comentario de mi subconsciente.

-¿Y bien?- Preguntó.

-Lydia...- Rogué

-¡No voy a juzgarte, Stiles!

Respiré hondo y confesé:

-Lo hacemos casi todas las noches.

-¡Lo sabía! Es increíble. Dime, ¿es él tu primera vez? Apuesto a que sí. Cuéntame cómo es el sexo con Derek Hale.- Parecía entusiasmada.

-¿Vas en serio?

-¡Por supuesto que sí!- Desapareció y volvió con dos copas en la mano.

Todo había sido una emboscada; no necesitábamos estar en su casa dos horas y media antes de la dichosa fiesta para preparar comida.

Nos sentamos en el sofá color crema y me miró mientras apoyaba la cabeza en una mano. Esperaba una detallada descripción.

-Vale, entonces... Él es una mala bestia en la cama que te trata como un objeto y que te maltrata- hizo comillas con los dedos- físicamente pero que según palabras textuales: "folla deliciosamente bien" y no quieres dejarlo a pesar de que no siente nada hacia ti.- Me miró con los ojos entrecerrados.- ¿Es eso?- Resumió.

-Sí.

-Mientes.- Me señaló con él dedo.- Lo que te pasa es que estás colado por él y no quieres perderle.

-En realidad...- Bebí lo que me quedaba de alcohol de un solo trago.- Estoy completamente enamorado.- Le sonreí débilmente y bajé la mirada.

-Oh cariño.- Se acercó y me apoyó la cabeza en su hombro. Siguió bebiendo mientras escuchaba mi llanto.

-¿Seguro que estás en condiciones para irte solo a casa?- Me acarició el brazo.

-Segurísimo.- Repetí por sexta vez.

-Les diré que no te encontrabas bien.

-Gracias.

Fiestas. Siempre acaban mal. O en este caso, ni si quieran empiezan. 




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Lo que está escrito en cursiva y en presente al principio es un flash back

Alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora