Lo siento, cambié.
Ya no soy yo, soy diferente estoy más muerto, me volví reservado, ya no me emociono cómo antes, siempre deseo que todo terminé rápido para regresar a casa y encerrarme en mi cuarto donde puedo pensar, relajarme, soñar, ser un poquito más yo sin necesidad de que unos pendejos me esten jodiendo las pelotas.