Después de cuatro horas de interminables movimientos, salí de la academia y me dirigí al bar habitual al que iba después de mis clases.
Haneul era un hermoso bar que se encontraba justo en la esquina de la cuadra donde se hallaba mi academia. El local era muy moderno y en su mayoría tapizado en madera. Contaba con una barra en forma de ele donde se exhibían productos artesanales, varias mesas con sus respectivas sillas y cómodos sillones en la parte más alejada del bar. La cocina se llegaba a divisar por una ranura ubicada en la pared detrás del mostrador y por lo poco que se veía de esta, daba la sensación de ser espaciosa y limpia.
Abrí la puerta y me invadió el olor característico del lugar. Canela y lavanda. Una combinación bastante singular pero que yo encontraba exquisita, siempre me trasladaba al hogar que me vio crecer con la imagen de mi madre amasando pasteles para su hijo más pequeño.
Una voz característica me devolvió a la realidad.— Hola pequeño, es bueno verte de vuelta — Hye era una adorable mujer de unos cincuenta años. Siempre que pasaba tenia el placer de ser atendido por ella, y debo decir que le tenía mucho cariño.
— Buen día ajumma, sabe que siempre es un placer para mí volver — estaba feliz, Hye siempre es amable conmigo pero hoy le agradecí internamente que me haya cambiado el pésimo humor que tenía esa mañana. El simple hecho de verla era para mí un motivo de alegría.
— Un café de vainilla con crema y canela, ¿verdad? — me dijo dedicándome una hermosa sonrisa.
— Hoy le voy agregar un buñello de manzana, por favor — Por lo general no acompañaba con nada mi café, pero esta mañana no había podido desayunar por falta de tiempo y mi estómago ya estaba demandando comida.
Ella asintió y desapareció detrás del mostrador. Yo me dirigí a la parte más apartada del recinto y me deslice en uno de los sillones. Me sentía hecho pedazos, entre las prácticas y la falta de sueño, mi cuerpo estaba pidiendo una largas horas en la cama.
Diez minutos después llegó Hye con mi pedido y me dispuse a disfrutar el café. Ambas cosas sabían muy bien así que no tarde en acabarmelas. Pagué y salí de nuevo a esa tarde de invierno. Camino a mi hogar recordé la situación al inicio del día y no puede evitar sentir una amargura en la garganta.
Mi vecino o el "engendro pálido" como a mi me gusta llamarlo, es un ser que repele a la gente a kilómetros de distancia.
El flacucho de tez pálida tenía una mirada espeluznante cada vez que te miraba con sus profundo ojos felinos, lo que hacía sentirme intimidado cada vez que nos cruzábamos. Pero de verdad tenía que hacer algo con el problema de la música. Ya estaba empezando a cansarme.~~~~~~~~~
Llegue al complejo de departamentos donde se encontraba mi hogar. Me encamine al ascensor ya que mi casa esta ubicada en el séptimo piso, y para mi infortunio día éste estaba en refacción.
— Oh vamos, ¿Algo más que me pase hoy? — yo y mi enorme boca, tendría que haberme quedado callado.
Subí las malditas escaleras y cuando llegue al séptimo piso me encontré con una imagen bastante desagradable a la vista.
Ahi estaba mi vecino, arrinconando a una de sus tantas conquistas contra la puerta de mi departamento! El muy infeliz tenía el descaro de no solamente despertarme toda las noches sino que encima casi se estaba follando a una chica contra mi puerta. Si! Definitivamente lo voy a matar!.
Si el estaba decido a desvelarme toda las noches yo también podía arruinar su diversión. Sonreí para mis adentros y puse manos a la obra.— Ah ella debe ser la misma chica con la que estabas ayer — grite para que pudieran escucharme. La mujer se sobresaltó y se apartó inmediatamente del muchacho, por otro lado él apretó los puños sobre mi puerta. Estaba de espaldas a mi, por lo que no podía ver su cara pero definitivamente estaba maldiciendo.
— Un gusto — dije haciendo una pequeña reverencia hacia la muchacha. — Park Jimin, su vecino — indique hacía el bulto negro que todavía no mostraba su cara. La chica salió de su asombro e inmediatamente su cara se tornó de un rojizo bastante marcado. Se notaba que estaba avergonzada. Se giro para dirigirse a su pareja.
— ¿Cómo que la misma chica de ayer?¡Explícate ahora Min! — grito muy enojada. El paliducho por fin se dio vuelta para primero mirarla a ella y luego dedicar una mirada de mucho desprecio hacia donde estaba yo.
— Puedo explicar.. — no pudo terminar la frase ya que recibió una abofetada directo en la cara. Guau tengo que admitir que esa chica tiene coraje. No todo el mundo se animaría a levantarle la mano al engendro.
— ¡Eres un hijo de puta Min! Ni se te ocurra volver a llamarme. — dio media vuelta, me pidió disculpas y salió deprisa por el pasillo.
Tengo que confesar que arruinarle el momento al imbécil de al lado me había devuelto el humor. Me quedé mirando el pasillo con una sonrisa muy ancha en mi rostro hasta que sentí que alguien tocaba mi hombro.
Volteé mi cuerpo y me sobresalté. Ahí estaba él, parado a escasos centímetros de mi cara. Podía sentirlo tan cerca, pero lo que más me inquietaban eran esos fanales que me dedicaban una mirada que no pude descifrar. Todo mi cuerpo se tenso al instante.
Llevo sus ojos a su entrepierna, donde se notaba una clara erección. Imite su acción y también miré su entrepierna. Me arrepentí al instante, porque al levantar la vista lo encontré mirándome.— Culpa de tu intromisión tengo un enorme problema, más vale que te hagas cargo enano —gruño el pelimenta. No se si fue su tono de voz o darme cuenta que me tenía arrinconado contra la puerta, lo que hizo que se helara la sangre de cuerpo. ¿En qué te metiste Park?..
ESTÁS LEYENDO
Bad luck day! ~ Yoonmin
Fanfiction- Culpa de tu intromisión tengo un enorme problema, más vale que te hagas cargo enano -gruño el pelimenta. No se si fue su tono de voz o darme cuenta que me tenía arrinconado contra la puerta, lo que hizo que se helara la sangre de cuerpo. ¿En qué...