A final de cuentas, sola

Capitulo 3: Una cosa llevo a otra

Lo único que me faltaba era otra pérdida. Nunca sabré cómo me iría en mi primer encuentro social, ni si volvería a sonreír. Puede sonar raro pero hable 10 minutos con ese chico pero era más relación que la que tengo que mis padres, aunque manejaron muy bien este asunto. Se sentaron a hablar sobre mi por primera vez discutiendo sobre lo mal que estaba etcéteras, etcéteras.
Ahora cuando voy a la escuela ya no soy invisible. Las docentes se preocupan por mí y me preguntan si estoy bien o si quiero sentarme adelante, mis compañeros me ofrecen todo el tiempo para sentarme con ellos durante el almuerzo, mis parientes vienen a visitarme a a mi casa a la hora de cenar; basicamente cambie de la chica invisble a la que todos le tienen lastima. y no se si lo prefiero. Perdón, me retracto. de ninguna manera prefiero esto.
En fín, una cosa llevo a la otra y despues de una de las reuniones en las que citaban a mis padres; las cuales duraban horas y horas, llegaron a casa con una idea en la cabeza:
- Tenemos que hablar - me dijeron ambos tan cincronisadamente que parecia que lo habian estado practicando
- ¿Que sucede?
- Como ya sabes estubimos hablando con tus profesores y te vén muy decaida.
A lo que no supe que contestar. Sentia que era tan inutil hablar. ¿Sera que estoy madurando o sera que encerio me estoy volviendo una persona depresiva?
- Todo esto de tu amigo que falleció te tiene muy mal y nos parece que tenemos que hacer algo al respecto. Estábamos pensando en mudarnos, ya sabes, para empezar de nuevo...
¿Es algo serio? Siento que nada importa de verdad, ¿Acaso está mal?
- Para mañana habríamos emprendido el viaje a San Diego.
Pienso que no tengo opción a si que solo voy a dormir, me despido <hasta mañana> y me dirijo a un abrumador intento de dormir mientras las ideas lluevan a mi cabeza.