Back up plan. (Cancelada momentaneamente)

No soy una cualquiera.

Hoy era el día! Hoy iría al doctor y me practicaría la inseminación, por fin llego el día, no me importa que mis padres no me apoyen en esto, es algo importante para mí y lo haré, quiero hacerlo con el alma.

 Me levante temprano, sonriente, feliz. Me di una ducha y me vestí con una calza, una blusa mangas largas y unos borcegos, en si no hacia frio pero se sentía como ese viento, o esa brisa fresca.

 Fui a la clínica en mi auto, llegue y salude feliz a la gente que se encontraba allí y camine a la secretaria para decirle que había llegado así le anunciaba al doctor para que me hiciera pasar, espere unos 15 minutos hasta que me llamara, entre y me senté en las sillas de enfrente al escritorio.

 -Hola Julieta, ¿Como estas?- me pregunto el doctor

 -Bien muy bien gracias, nerviosa más que nada.- sonrió y él me devuelve la sonrisa, era un tipo lindo, de cabello castaño, tez blanca, ojos verdes, y labios totalmente atrayentes, tiene unos 30 años, se preguntaran por qué no trate nada con él, bueno, pues si lo hice, tuvimos una cita, pero en vez de pasarla, o intentar pasarla como si nos pretendiéramos, la pasamos como amigos, y desde ahí solo hemos sido amigos, o algo parecido, de vez en cuando salimos, pero nada serio ni nada importante como para que seamos amigos.

 -No estés nerviosa si todo sale bien y si Dios lo quiere puede funcionar, pero y si no funciona no pierdas la fe, tu sabes que las probabilidades de embarazarte en el primer intento son pocas, pero no inexistentes, así que no pierdas las esperanzas.- me sonrió.

 -Gracias, si, lo sé, todos me lo dicen, pero tengo fe, esperanza, de que hoy sea el día, de que tal vez hoy pueda quedar embarazada y es algo esperanzador.- sonrío feliz, porque así me siento, feliz.

 Me acosté en la camilla del consultorio y el doctor empezó con el proceso, estuvimos como media hora hasta que por fin termino, me levanto y nos despedimos y salí de ahí muy feliz.

 Hoy tenía que ir a retirar unas cuantas bolsas de alimentos que una empresa donaría para la fundación, así que eso hice, salí de ahí y fui al auto y me dirigí al lugar, no sabía quien me los entregaría pero decidí entrar y preguntar al entrar la secretaria me dijo que esperara, que en unos momentos saldría el jefe de la empresa para guiarme hasta el depósito en donde estaban las bolsas y me ayudaría a llevarlas hasta el auto, espere como media hora hasta que salió el susodicho. No me podía quejar, la espera valió la pena, el hombre era un dios, era hermoso, media aproximadamente 1.80, cabello negro, de tez blanca, de ojos azules, tenía un bigote que no le quedaba para nada mal, lo hacía lucir aun más sexy, una sonrisa blanca, impecable, deslumbrante que mostraba unas hileras de dientes perfectos, como si hubiesen sido esculpidos a mano por el mejor artista del planeta, sus facciones, eran esas bien marcadas y duras que le daban un toque aterrador y sexy, no estaba ni flaco ni gordo, era perfecto, apuesto a que debajo de ese traje se encontraba una musculatura impresionante de esas en las que se puede lavar ropa, no, bueno no se en fin creo que a no ser que soy una persona cuerda, ya estaría babeando, el salió, me vio y sonrió, fue la sonrisa más linda del mundo, le conteste con la mejor sonrisa que pude y la que me imagine, la más linda que tengo, me pare del asiento ya que este me pidió que lo siguiera.

 -Lamento haberla hecho esperar, tenía unos asuntos que no podía dejar a medias y lo siento.-

 -Está bien, no se preocupe no tenía nada más que hacer, así que podía esperar tranquila.-

 --Me alegro, eh comprado unas cuantas bolsas para perros y para gatos, espero que le sean de ayuda, siempre me gustaron los animales y cuando vi el anuncio de su fundación me entusiasme y discúlpeme si son muchas las bolsas, es que mi sueño también siempre fue fundar una fundación pero por cuestiones de trabajo y familiares no eh podido, pero si puedo ayudarla, en lo que sea lo haré.- me sonrió, fue una sonrisa amable a la que le conteste feliz.