v: omma, ¿puedo tocar la plancha?
jn:¡NO!, te puedes quemar, está muy caliente.
v: pero, ¿la puedo tocar?
hn: ¡NO!, ya te dije que está caliente.
V: pero la quiero tocar.
Después de un buen rato de insistir . . .
jn: bueno, tócala.
v: ¿ y si me quemo?